En la actualidad, la cirugía láser ocular se ha consolidado como una de las opciones más populares, seguras y efectivas para corregir algunos de los problemas visuales más comunes como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, e incluso la presbicia.
A pesar de ello, siguen existiendo mucha desinformación y ciertos mitos que generan inquietud y preocupación en personas interesadas en solucionar su problema y que quieren mejorar su visión.
En este sentido, los profesionales de Clínica Baviera explican cuáles son los más comunes y la realidad de estos.
En realidad, este tipo de intervenciones son ambulatorias, el proceso quirúrgico en sí dura unos minutos y, tras un breve reposo en la clínica, el paciente se va con el ojo destapado para su casa. Por lo tanto, tras la intervención, especialmente en los pacientes tratados con la técnica Lasik, que es la más habitual, no es necesario hacer reposo absoluto, aunque sí es recomendable que el paciente baje su actividad durante las primeras 24 horas.
Tras este tiempo, el paciente puede recuperar su vida normal, pero tendrá que seguir algunas recomendaciones básicas, como proteger los ojos con gafas de sol en el exterior y aplicar los colirios pautados por el oftalmólogo. También habrá que tener especial cuidado al realizar algunas actividades o practicar deporte. Todas estas circunstancias serán explicadas detalladamente en la consulta.
En el caso de los pacientes operados con cirugía láser con técnicas de superficie (PRK/Lasek), la recuperación será un poco más lenta. El paciente puede sentir algunas molestias, y llevará durante unos días una lente de contacto terapéutica para promover la curación y proteger los ojos. Al día siguiente de la operación ya verá mucho mejor, pero será a partir de la retirada de la lente de contacto, durante una revisión en la clínica, cuando comience a percibir una notable mejoría que irá aumentando con el paso de los días. Como ocurre con los pacientes operados con Lasik, el oftalmólogo le explicará detalladamente las indicaciones que deberá seguir en el postoperatorio.
No existe una edad tope estricta para someterse a una cirugía refractiva láser, pero sí existen factores relacionados con la edad y la salud ocular que pueden influir en que una persona sea candidata o no a la operación. En cuanto a la edad mínima recomendada, la cirugía se realiza a partir de los 18 años, aunque la graduación deberá de estar estabilizada durante al menos un año antes del procedimiento.
En cuanto a los factores a tener en cuenta en las personas de más edad, si bien no hay un límite de edad fijo, las personas más mayores pueden presentar ciertas condiciones (como ya tener presbicia o cataratas) que afecten la viabilidad de la cirugía.
El oftalmólogo realizará un análisis detallado de la córnea, salud ocular general y condiciones preexistentes para determinar si la persona es un candidato adecuado, independientemente de la edad.
Estar operado con láser no impide que el paciente se pueda operar de presbicia o de cataratas cuando estos defectos visuales aparezcan con la edad. De hecho, es muy habitual que pacientes que se operaron con láser hace años se operen posteriormente de cataratas o de presbicia con lente intraocular. Incluso, si el estado de la córnea lo permite y todas las pruebas que se realizan durante la consulta preoperatoria son correctas, un paciente que se hubiera ya operado de laser y necesitara por alguna circunstancia realizar un retoque de la operación, podría volver a realizarse el mismo procedimiento.
El miedo a someterse a una intervención es común en muchos pacientes, pero es cierto que la mayoría no experimentan dolor alguno durante el procedimiento gracias al uso de anestesia local (que se aplica en forma de gotas). Tras la cirugía, algunos pacientes pueden experimentar una sensación de incomodidad, especialmente en los pacientes operados con técnicas de superficie (PRK/Lasek), que va desapareciendo con los días y que suele ser controlable con los medicamentos pautados.
Aunque toda cirugía conlleva riesgos, la cirugía refractiva es muy segura, predictible y eficaz. Sus técnicas están validadas por la ciencia médica y forman parte de la práctica oftalmológica de modo universal desde hace décadas, logrando corregir el problema visual que se sufre y mejorando significativamente la calidad de vida del paciente.
En este sentido hay que destacar que los resultados del láser corrigen el problema visual del paciente en el momento de la cirugía. Sin embargo, a medida que el paciente envejece, es posible que aparezcan algunas alteraciones oculares relacionadas con la edad, como la vista cansada (presbicia) o las cataratas, que pueden requerir el uso de lentes de lectura o futuras correcciones adicionales, lo cual es natural y no significa que la cirugía no haya funcionado y que el paciente no haya podido disfrutar de su visión durante muchos.
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