El hospital de Barcelona que ingresa a familias enteras por un caso de anorexia o bulimia: "Hay menos recaídas"
El Sant Joan de Déu de Barcelona cuenta con una unidad que ingresa a familias completas cuando uno de sus miembros sufre anorexia o bulimia
Se trata de un protocolo pionero en España que ya se ha testado en países como Suecia o Australia
Conócelo de la mano del doctor Eduard Serrano, Jefe de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del hospital
Minerva era la diosa romana de la sabiduría, una diosa guerrera y también protectora de las artes. Es por esa razón que en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona bautizaron con su nombre a la nueva unidad terapéutica de los tratamientos de conducta alimentaria destinada a ayudar a pacientes menores de 18 años.
Hay un 20% de casos catalogados como graves en España, aquellos en los que el paciente entra en una rueda de ingresos y altas que no tiene fin y que puede extenderse años. Son estos casos en los que no son los síntomas en sí la preocupación, sino la reincidencia. Es por este motivo por el que se creó esta unidad pionera en España que toma como referencia países como Suecia o Australia, donde está ya en funcionamiento dando muy buenos resultados.
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Se trata de un programa que se realiza en cuatro frases que tiene un periodo de cuatro meses de duración y en el que tiene un papel fundamental la familia y el equipo, que es multidisciplinar, y que da apoyo, tanto al paciente como a los familiares.
Un plan de choque para frenar el aumento de casos
En Cataluña y en el resto del Estado existen unidades que tratan los trastornos de conducta alimentaria (TCA) en todos los hospitales, pero no con este enfoque. Hace un tiempo, en la comunidad catalana hubo un plan de choque para frenar el aumento de casos, sobre todo a raíz de la pandemia, que fue cuando la tendencia pasó a ser preocupante.
Los trastornos de la conducta alimentaria suponen un problema de salud importante, ya que afectan entre un 5 y un 8% de la población adolescente y joven. En uno de cada dos casos, la enfermedad se manifiesta antes de los 14 años y en un 20 o 30% evoluciona hacia la cronicidad. De hecho, es la tercera enfermedad crónica más frecuente en la población adolescente y se ha convertido en uno de los trastornos más prevalentes en los centros de salud mental infanto juvenil (CSMIJ), al tiempo que también se han incrementado los ingresos de hospitalización de día y hospitalización de agudos.
Viendo esta dinámica de algunos de los pacientes, de recaídas, fue cuando propusimos crear una nueva unidad que tuviera como objetivo tratar los casos de mayor complejidad y con un enfoque centrado en la familia, sistémico, que es lo novedoso
Viendo esta dinámica de algunos de los pacientes, de recaídas, fue cuando propusimos crear una nueva unidad que tuviera como objetivo tratar los casos de mayor complejidad y con un enfoque centrado en la familia, sistémico, que es lo novedoso
Los profesionales del ámbito de la salud mental han constatado además que, a raíz de la pandemia de la COVID-19, cada vez se diagnostican trastornos de la conducta alimentaria en niñas más jóvenes y que, en general, presentan un perfil más grave. Desde el año 2020, el porcentaje de pacientes prepuberales con un TCA que han requerido ingreso ha pasado de un 8 a un 20%.
Minerva se puso en marcha en octubre de 2023 por este motivo, y el resultado está siendo esperanzador. “Viendo esta dinámica de algunos de los pacientes, de recaídas, fue cuando propusimos crear una nueva unidad que tuviera como objetivo tratar los casos de mayor complejidad y con un enfoque centrado en la familia, sistémico, que es lo novedoso. Entendiendo que las dinámicas familiares no son siempre la causa pero pueden ser un factor muy importante en la enfermedad”, explica a la web de Informativos Telecinco, el doctor Eduard Serrano, Jefe de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Sant Joan de Déu.
Un tratamiento pionero y de éxito por fases para tratar el TCA
La unidad Minerva es pionera por varios motivos. El principal: que involucra a las familias y les da las herramientas adecuadas para tratar enfermedades como la anorexia (la más habitual) o la bulimia. Este programa está estructurado en cuatro frases, y la primera de ellas es la hospitalización completa. En este sentido, cuentan con siete camas y suele ser un periodo que dura un mes. En esta primera fase solo está el paciente sin la familia. Es cuando se le da el alta cuando la familia empieza a tener más peso, porque ahora sí se hace un ingreso parcial en uno de los apartamentos que gestiona el propio hospital y que cuenta con apoyo directo del equipo médico.
“Esto es lo más novedoso, porque no se había hecho nunca en España el ingreso del paciente y la familia en unos apartamentos que están muy cerca del hospital para continuar el tratamiento en un contexto que no es hospitalario, pero que tampoco es el domicilio del paciente. Con lo cual es un paso intermedio, y al estar cerca del hospital, hay una intensidad muy importante del tratamiento y el equipo asistencial se traslada a este lugar para ofrecer la terapia, que puede ser individual o familiar”, añade el doctor Eduard Serrano.
Este equipo asesora para ir a hacer la compra, acompaña a la familia en todo lo necesario porque hay veces que hay resistencia a la hora de comprar según qué alimentos porque pueden generar problemas con el paciente
En los apartamentos, que suelen permanecer unas cuatro semanas, se sigue una metodología llamada “family meal”, que consiste en acompañar a la familia en las comidas y en la parte previa a la preparación de las comidas. “Este equipo asesora para ir a hacer la compra, acompaña a la familia en todo lo necesario porque hay veces que hay resistencia a la hora de comprar según qué alimentos porque pueden generar problemas con el paciente, etc. Se supervisa la cantidad, la variedad y después se reproduce esa comida familiar con dos personas del equipo para guiar a la familia a reconducir situaciones difíciles. El equipo asistencial actúa en un inicio, luego es la familia la que aprende a hacerlo”. De esta forma la familia cuenta con los recursos necesarios y empieza a tener herramientas útiles para tratar de frente con el problema.
La tercera fase corresponde con la atención domiciliaria. Aquí el equipo de asistencia se traslada al domicilio para continuar la terapia. Es una forma de que el paciente siga acompañado pero puede ir retomando su vida y la escolarización, que es primordial. “Los métodos de hasta ahora no lo permitían con tanta facilidad. Cuando la familia se siente más empoderada, hay menos porcentaje de recaídas”.
La última fase es domiciliaria pero combina las visitas presenciales con la teleterapia. Porque el objetivo, además de evitar la cronificación de la enfermedad, es vincular al paciente con su unidad local de referencia.
La unidad Minerva es la única de este tipo en Cataluña, por lo tanto atiende casos de toda la comunidad autónoma, y tiene como capacidad a unas 20 personas en total, aunque actualmente está tratando a 26 casos.
El doctor Eduard Serrano, Jefe de la Unidad, valora muy positivamente los resultados obtenidos hasta ahora: “Estamos contentos con el resultado, estamos viendo una disminución de la sintomatología alimentaria y, muy importante, de una recuperación del estado de ánimo, de la ansiedad…están más motivados en el tratamiento. Y las familias tienen más habilidades en el manejo y el nivel de funcionalidad también mejora”. Tal y como explica, lo importante en este tipo de enfermedades es atender a los síntomas lo antes posible. Los factores de mejor pronóstico son tres: identificar los síntomas de forma precoz, iniciar un tratamiento especializado e involucrar a la familia. “Los estudios de seguimiento a largo plazo nos dicen que hay un 70% y 80% de recuperación y un 20% y 30% que se cronifica”, subrayan desde el programa Minerva.
El origen del trastorno es mental pero tiene muchas consecuencias físicas, por lo que requieren de un equipo multidisciplinar en el que trabajan psicólogos, psiquiatras (porque no hay tratamiento farmacológico para la anemia, pero sí para algunos síntomas asociados como depresión o ansiedad), enfermeras, nutricionistas y pediatras y una docente que se coordina con los colegios.
Además, como hemos dicho, son las familias el factor más importante de cambio. La experiencia de esta unidad y de las que están trabajando con este sistema en otros países muestra que, si se realiza un terapia en la que se analizan las dinámicas familiares para tratar al paciente, suelen tener mejores resultados que cuando no se las tiene en cuenta.
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