De llevar una vida activa y sin ningún síntoma a enfrentarse de golpe a un diagnóstico de cáncer de páncreas, uno de los tumores con menor supervivencia. Fernando Torres, un hombre de 50 años, vio cómo su vida cambiaba en un instante. Una mañana más, mientras se preparaba para ir al trabajo, notó algo extraño en el espejo: la parte blanca de sus ojos tenía un tono amarillento. Dos días antes sus heces habían sido blanquecinas, pero no le había dado importancia, sin embargo, esto sí que le alertó.
Decidió acudir al médico de inmediato, una decisión que, probablemente, le salvó la vida. “Tienes el conducto biliar bloqueado, posiblemente por un tumor”, le dijo el especialista tras realizarle una ecografía. Después de varios días ingresado y sometido a una biopsia, la confirmación cayó como un jarro de agua fría: cáncer de páncreas.
"Fue un mazazo", reconoce durante una entrevista con la web de Informativos Telecinco. "Me acordé de todas las celebridades que, a pesar de tener más recursos, no han sobrevivido. Y pensé, ¿cómo me voy a salvar?". Pero Fernando tuvo un punto a su favor: "El diagnóstico vino acompañado de una buena noticia: 'está localizado, no hay metástasis'", cuenta, recordando el alivio que sintió.
"Tuve suerte", admite. Él pertenece a un porcentaje mínimo. El cáncer de páncreas aun siendo el octavo en incidencia, es la tercera causa de muerte por cáncer en España, con una supervivencia del 8% a los cinco años. Durante 2024 espera una incidencia de 9.986 casos, según datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica.
El cáncer de páncreas es una enfermedad silenciosa. Los síntomas de Fernando salieron a tiempo, pero, normalmente, estos dan la cara cuando el tumor está muy expandido. "Además de que los síntomas tardan en salir, son muy inespecíficos, por lo que se suele pensar que se deben otras patologías", explica Cristina Sandín, presidenta de la Asociación Cáncer de Páncreas en España (ACAPAN).
Sin duda, el color amarillento en la piel o los ojos (ictericia), como le pasó Fernando, es muy identificable y permite la rápida actuación por sus altas sospechas con problemas de páncreas. Sin embargo, este síntoma no siempre es el primero en aparecer.
"Los signos suelen ser dolor estomacal, pérdida de apetito y de peso inexplicable, una diabetes de nueva aparición, un dolor de espalda progresivo que no empeora con el movimiento, o cambios en las heces. Fáciles de confundir con cualquier otra enfermedad", indica Sandín. "Es muy importante que la sociedad los conozca y que si tienen dos o más es importante que acudan al médico y mirar si puede ser un cáncer de páncreas".
Junto a este hándicap, la ausencia de herramientas de cribado y de tratamientos realmente eficaces sigue siendo uno de los mayores desafíos. “No contamos con una prueba que permita detectar la enfermedad de forma temprana”, explica Elías López, oncólogo de la Asociación Española Contra el Cáncer.
"La cirugía, el tratamiento más eficaz, pero solo puede aplicarse en estadios iniciales, cuando el tumor no se ha expandido", indica. Sin embargo, "en la mayoría de los casos, el diagnóstico llega cuando la enfermedad está en estadio 3 o 4, con metástasis".
Por lo tanto, la quimioterapia y radioterapia son las únicas opciones para gran parte de los pacientes. "La inmunoterapia, que está revolucionando otros tipos de cáncer, aún no hemos conseguido aplicarla en el cáncer de páncreas", lamenta el oncólogo.
A Fernando le localizaron el tumor en estadio 2 y fue operado en enero de 2023 con un procedimiento de Whipple, una intervención compleja que consiste en extirpar parte del páncreas, el intestino delgado, la vesícula biliar y el conducto biliar; junto con doce sesiones de quimioterapia en total.
Ahora, casi dos años después, puede celebrar que el cáncer no ha vuelto a aparecer. “El alta definitiva llega a los cinco años, pero superar los dos ya es un gran logro porque es cuando suelen aparecer las recaídas”, explica Fernando. Además, ha podido recuperar su vida, ir a trabajar y volver a hacer ejercicio. Y para que más personas puedan sobrevivir como él tras un diagnóstico de cáncer de páncreas "se necesita investigación", apunta Sandín.
Es por ello que ACAPAN ha organizado carreras solidarias por varias ciudades españolas como Madrid, Alicante, Estepona (Málaga) o Tarragona en las que "el 100% de los beneficios recaudados irán destinados a nuestras becas de investigación". "Durante los 10 años en los que la asociación lleva en activo han invertido más de un millón de euros. Sin métodos eficaces de diagnóstico temprano y mejores tratamientos, será muy difícil mejorar las tasas de supervivencia”, reclama Sandín.
Igualmente ven necesario la formación de los profesionales de Atención Primaria y la difusión de los signos y síntomas del cáncer de páncreas, dado que la detección temprana mejora considerablemente las posibilidades de supervivencia. Así como, "la creación de una red de centros de referencia en cáncer de páncreas, con protocolos coordinados entre todas las disciplinas médicas, es esencial para mejorar los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes”, concluyó Sandín.
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