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El cáncer de pulmón es uno de los tumores más frecuentes, con 32.768 casos previstos para este 2024. Aunque en hombres es más común (22.483), en mujeres la tasa de incidencia (10.285) triplica la del 2001 y se mantiene como el tercer tumor más incidente desde 2019, según datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica.
Es el tipo de cáncer con mayor mortalidad para ambos sexos y el consumo de tabaco es el responsable del 85-90% de los casos. En algunos países europeos, sobre todo los nórdicos, la mortalidad por cáncer de pulmón en mujeres ya ha superado a la del cáncer de mama.
Los agentes de Salud Pública insisten en que el tabaco es la primera causa de muerte prevenible en nuestro país y a nivel global. Cada 11 minutos muere una persona en España a causa del tabaco, que provoca más de 50.000 decesos anuales.
“El tabaquismo no solo produce cáncer de pulmón, sino otros tipos de cánceres, como el de laringe o el de vejiga urinaria, además de enfermedades cardiovasculares, enfisemas o EPOC”, subraya Laureano Molins, presidente de la delegación barcelonesa de Asociación Española Contra el Cáncer - Cataluña. "Cuando uno decide fumar tira una moneda al aire, tiene un 50% de posibilidades morir por alguna de estas enfermedades".
Además, "veremos una mayor incidencia con el uso del váper y el cigarrillo electrónico". "Suponen un riesgo, a pesar de que la industria tabacalera intenta mostrar lo contrario. No es el camino para dejar de fumar, igualmente tiene incidencia en el cáncer de pulmón y el resto de enfermedades como la fibrosis pulmonar. Por lo que solicitamos una renovación de la ley española sobre el tabaquismo", manifiesta durante una entrevista con la web de Informativos Telecinco con motivo del Día Mundial del Cáncer de Pulmón.
El 10-15 % de los casos de cáncer de pulmón ocurre en personas que nunca han fumado. Entonces, ¿qué factores de riesgo influyen en el desarrollo de esta enfermedad en no fumadores? “La predisposición genética, especialmente si algún familiar ha padecido cáncer de pulmón, y la exposición a factores ambientales como la contaminación, el gas radón y el amianto", aclara Molins, también jefe de Cirugía Torácica del Hospital Clínic de Barcelona.
Además, “muchos no fumadores, que conocemos como fumadores pasivos, realmente son fumadores activos porque cuando estás alrededor de personas que fuman, estás inhalando la combustión del cigarrillo”, recalca Molins. “Es por ello, que hay que hacer una buena historia clínica, porque a veces los llamados no fumadores, han tenido un contacto previo durante años con personas fumadoras”.
El experto también explica que los síntomas del cáncer de pulmón, tanto en fumadores como en no fumadores, “desgraciadamente aparecen cuando el cáncer ya suele estar avanzado”. Los signos de alerta suelen ser un esputo de sangre, dolor constante de las vértebras y en el tórax, que podría indicar que el tumor se ha extendido a estos huesos; y una tos persistente, que no calma.
“Solo existe una curación de aproximadamente el 13-15% de los casos diagnosticados, debido a que cuando aparecen los síntomas el diagnóstico suele ser muy tardío”, razona Molins.
“Hasta ahora se ha hecho hincapié sobre todo en la prevención primaria, que es el abandono del tabaco”, apunta. Ejemplo de ello es el Proyecto Zero, lanzado por la Asociación Española Contra el Cáncer, con el que se pretende conseguir la primera generación libre de humo en el año 2030.
Plan que nace del aumento de la incidencia de tabaquismo, sobre todo en mujeres jóvenes y con el que se quiere llegar a esta población mediante el primer programa gratuito en el que se formarán a 60 jóvenes para abanderar este movimiento.
Así como en el cáncer de mama las mamografías son un método de detección temprana, determinantes para aumentar la supervivencia; o en el cáncer de colon la determinación de la sangre oculta en heces, en el cáncer de pulmón también hay un método, sin embargo, no se aplica de forma preventiva.
“El TAC torácico de dosis bajas aplicado a las personas de riesgo, como los fumadores activos o los que lo han sido en los últimos 15 años y tienen entre 50 y 80 años, puede diagnosticar en cáncer de pulmón en un estadio muy precoz”. En estos casos la supervivencia es del 89-90%.
Cómo método de detección precoz está en marcha el proyecto piloto Cassandra con una duración total de cinco años e implantado en 40 hospitales españoles. El objetivo es demostrar que mediante el cribado con tomografía computarizada a fumadores o exfumadores se puede localizar el tumor en un estado inicial, con una posibilidad de supervivencia mucho mayor.
Además, implementarlo también supondría un ahorro económico. "El coste actualmente del 80% de pacientes diagnosticados de cáncer de pulmón en estadios avanzados es 3 o 4 veces superior a cuando se detecta de forma precoz", indica.
"Hasta ahora 8 de cada 10 casos se diagnostican en estadios avanzados”, resalta Molins. En los tumores más precoces, cuyo tratamiento principal es la cirugía, se ha avanzado considerablemente en las técnicas quirúrgicas.
Hace 30 años, la resección pulmonar se realizaba mediante toracotomía (una apertura del tórax), hace 20, esta técnica comenzó a reemplazarse por la videotoracoscopia (pequeñas incisiones en el pecho asistida por video), y actualmente, la cirugía robótica mínimamente invasiva permite una visión tridimensional del campo operatorio y una mayor precisión en los movimientos.
Sin embargo, a pesar de que la intervención quirúrgica es el tratamiento con más supervivencia, “en los pacientes en los que se diagnostica en estadios avanzados, tanto fumadores como no fumadores, de entrada, no se puede realizar”, explica Molins. Para esos casos, que son la mayoría, se dispone de tratamientos con quimioterapia, radioterapia y últimamente "los grandes avances son con la inmunoterapia”.
“El 90% de las células tumorales circulantes por la sangre, el propio sistema inmunitario las elimina, pero hay un pequeño porcentaje que no y son las que van a producir metástasis o la instauración de un carcinoma”, expone . A lo que apostilla: “Con la inmunoterapia se pretende usar el sistema inmunitario para proteger y poder hacer una terapia más dirigida a estos tumores”.
Los últimos resultados, según indica Molins, muestran que la inmunoterapia sola o en combinación con la quimioterapia en estadios avanzados se está obteniendo una mejora en la supervivencia. “Aunque aún es pronto para decir si va a ser suficiente exclusivamente con este tipo de tratamiento”. Además, “otro de los grandes avances es que ya diferenciamos entre las diferentes mutaciones genéticas de carcinoma, lo que nos permite poder hacer una terapia dirigida, con un tratamiento personalizado”, concluye.
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