Un estudio revela que el COVID-19, en particular los casos hospitalizados, representa un riesgo equivalente a la enfermedad arterial coronaria - un estrechamiento de los vasos sanguíneos que suministran sangre y oxígeno al corazón- incrementando significativamente la probabilidad de eventos cardíacos adversos como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Este riesgo se mantiene incluso a largo plazo, durante casi tres años después de la infección. Los hallazgos sugieren que el COVID-19 podría ser un nuevo factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares.
El estudio se realizó con datos del Biobanco del Reino Unido, incluyendo a 10.005 casos confirmados de COVID-19 mediante pruebas PCR o diagnósticos hospitalarios, entre el 1 de febrero y el 31 de diciembre de 2020, que se compararon con 217.730 controles de la población general.
El seguimiento de los participantes se extendió hasta el 31 de octubre de 2022, cubriendo un periodo de casi 1.000 días para evaluar el riesgo de eventos cardíacos adversos mayores. Los resultados se publicaron en la edición del pasado 9 de octubre de la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology.
Una observación crucial es que las personas hospitalizadas por COVID-19, incluso aquellas sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, tienen un riesgo de sufrir un eventos cardíaco comparable o superior al de los pacientes con enfermedad arterial coronaria.
Esto pone en evidencia la necesidad de adaptar las guías preventivas cardiovasculares para incluir a los sobrevivientes de COVID-19 grave en los programas de prevención de enfermedades cardiovasculares, similar a lo que se hace con personas con diabetes o enfermedades arteriales.
Otro hallazgo relevante del estudio es que el riesgo de trombosis (infarto o derrame cerebral) después de la hospitalización por COVID-19 es más alto en personas con tipos de sangre no-O (A, B, AB) en comparación con aquellos que tienen tipo de sangre O.
El estudio también sugiere que los agentes antiplaquetarios, como la aspirina, podrían reducir el riesgo de eventos trombóticos en pacientes sin antecedentes cardiovasculares que han sido hospitalizados por COVID-19. Aunque algunos estudios previos no demostraron beneficios claros de los agentes antiplaquetarios durante la fase aguda del COVID-19, este estudio indica que pueden tener un efecto positivo en la prevención a largo plazo de infartos o derrames.
"Nuestros hallazgos demuestran que la hospitalización por COVID-19 representa un riesgo equivalente a la enfermedad coronaria, lo que podría requerir un enfoque más agresivo en la prevención cardiovascular", concluyen los autores.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.