La estrecha relación entre la depresión y la obesidad: "La ansiedad puede llevar a un desorden alimenticio"
"La obesidad puede ser tanto causa como consecuencia"
La ansiedad o los comportamientos obsesivo-compulsivos pueden llevar a un desorden alimenticio
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"La salud mental puede influir de manera significativa en el desarrollo de la obesidad, y viceversa. La obesidad puede ser tanto causa como consecuencia de un trastorno metabólico", destaca Alfredo Alonso Poza, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario del Sureste de Madrid y cirujano en el Hospital Quirón San Camilo de Madrid, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el 10 de octubre.
Según el especialista, trastornos como la ansiedad o los comportamientos obsesivo-compulsivos, que suelen aparecer en edades tempranas, pueden llevar a un desorden alimenticio. "El estrés continuado o la ansiedad provocan una ingesta desordenada, lo que contribuye al aumento de peso y, en muchos casos, a la obesidad", añadió.
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Alonso Poza destacó que la relación entre salud mental y obesidad es un círculo vicioso que afecta gravemente la calidad de vida de los pacientes. "Cuando una persona ya es obesa, la baja autoestima y el deterioro de su imagen corporal tienden a empeorar los cuadros de ansiedad o depresión que provocaron la obesidad en un primer momento", afirmó.
Tratamientos individualizados
Para abordar este problema, el especialista señala que es fundamental individualizar el tratamiento. "Cuando un paciente presenta trastornos como la bulimia, el tratamiento debe empezar por un especialista en psiquiatría, ya que es un trastorno psiquiátrico. Sin embargo, si la obesidad es consecuencia de un estrés laboral o familiar, el paciente puede necesitar apoyo psicológico para controlar esa ansiedad", puntualizó el cirujano.
Respecto al tratamiento de la obesidad mórbida, Alonso Poza explicó que, cuando se descartan trastornos metabólicos y las dietas han fracasado, es posible recurrir a intervenciones como el balón gástrico o, en casos más severos, a la cirugía bariátrica. "En pacientes con un índice de masa corporal superior a 40, que no han logrado reducir su peso mediante dietas, la cirugía puede ser la opción más efectiva", subrayó.
No obstante, el tratamiento quirúrgico no pone fin a las dificultades psicológicas. "Tras una cirugía bariátrica, los pacientes suelen perder peso de manera significativa, pero esto puede causar un deterioro de la imagen corporal debido a la flacidez en el abdomen, brazos o senos. Por eso, muchos de estos pacientes requieren también cirugía de contorno corporal para mejorar su autoestima y restablecer su anatomía", señaló.
En este Día Mundial de la Salud Mental, Alonso Poza nos recuerda que “la salud física y mental están profundamente conectadas, y que un tratamiento integral que considere ambos aspectos es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes”. En este sentido, hace referencia a algunos estudios en los que se concluye que los profesionales de la salud deben adoptar un enfoque holístico y un abordaje multidisciplinar al tratar a pacientes con obesidad para mejorar los resultados en consulta.
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