Unicef España ha aportado unos datos muy alarmantes respecto a la opinión que tienen los menores sobre su propia salud mental. Con la ayuda de la Universidad de Sevilla (US), ha realizado un estudio en el que alertan sobre que más de la mitad de los adolescentes del país no ha pedido ayuda nunca, a pesar de tener problemas, y uno de cada tres no habla de lo que le ocurre porque temen el qué dirán, informa Coral Larrosa.
Un estudiante que ha participado en la investigación, José Ángel, de 17 años, ha reconocido que este tipo de cuestiones casi no se hablan siquiera con amigos porque no saben cómo contarlo, además ha incidido en que antes lo compartiría con algún compañero que con su propia familia ya que "tienes más confianza con tu amigo que con tu padre". Esto ocasiona graves problemas que han quedado reflejados en el informe 'La salud mental es cosa de niños, niñas y adolescentes. Barómetro de opinión de la infancia y la adolescencia 2023-2024', el cual refleja que el 41% de los adolescentes en España manifiesta haber tenido o creer haber tenido un problema de salud mental en los últimos doce meses.
El estudio, elaborado íntegramente en la US a partir de las opiniones de los jóvenes, refleja que de ese 41%, más de uno de cada tres adolescentes no ha hablado con nadie sobre esos problemas y más de la mitad no ha pedido ayuda. "Es urgente romper el estigma como sociedad y normalizar la petición de ayuda", ha asegurado la directora del estudio, Pilar Ramos, que ha indicado además la importancia de aumentar los recursos para salud metal en atención primaria, que son ridículos para atender la situación que tenemos".
Otro de los ámbitos en los que es esencial la intervención es en los centros educativos, ya que según Ramos, "los jóvenes no encuentran allí la confianza como para pedir ayuda, piensan que no les van a guardar el secreto, que los orientadores no están suficientemente formados o que no tienen tiempo de atenderlos". A ello también se ha referido el director ejecutivo de Unicef, José María Vera, que ha expresado que "es fundamental promover desde todos los ámbitos acciones, campañas, iniciativas y formación que contribuyan a erradicar el estigma y los prejuicios, y al mismo tiempo a mejorar el bienestar mental de los niños y adolescentes".
Los resultados del informe dibujan una serie de factores que determinan la salud mental en la adolescencia. Entre los factores internos más importantes para favorecer la salud mental identificados por los propios adolescentes se encuentran los hábitos de sueño (74,9%), el ejercicio físico (62,3%) y llevar una dieta equilibrada (50,6%).
Entre los factores externos más beneficiosos destacan una buena relación con sus progenitores (82,6%), el apoyo de personas cercanas (82%), hacer las cosas que les gustan y hacen sentir bien (78,6%). Por el contrario, los factores internos que, según los propios adolescentes, perjudican su salud mental se encuentran la baja autoestima, el consumo de alcohol y otras drogas, tener problemas de salud física y tener dificultades económicas. Además existen dos determinantes externos que a juicio de los jóvenes son los que más perjudican la salud mental, como lo son ser víctima de bullying o ciberbullying y tener problemas familiares.
Según este barómetro de opinión sobre salud mental, merece especial atención el uso generalizado que hacen los adolescentes de las redes sociales. El 98,5% afirma haberlas utilizado alguna vez. Aquí cabe distinguir, especifica la US, entre distintas situaciones que manifiestan los adolescentes: el 73,5% asegura no haber sentido agobio o estrés por la cantidad de información recibida sobre salud mental; el 70% nunca o casi nunca ha utilizado las redes para expresarse acerca de la salud mental; y el 32% manifiesta haber sentido la necesidad de mostrar en el mundo online una vida perfecta y sin problemas, aunque no sea cierto.
En este sentido, más del doble de chicas (34,3%) que de chicos (13,3%) se comparan con personas que muestran vidas perfectas y una buena salud mental en redes sociales. Además, ellas sienten más presión por tener un físico determinado: el 73,5% cree que esto les afecta mucho o muchísimo, frente al 50,8% de los chicos.
En cuanto a las actitudes y prejuicios frente a los problemas de salud mental, las creencias negativas están poco extendidas entre los adolescentes; si bien uno de cada cuatro piensa que las personas con problemas de salud mental sienten vergüenza, casi ocho de cada diez asegura que mantendría amistad con alguien de su edad que esté visitando a un profesional de salud mental y sólo un 16,2% cree que las personas con problemas de salud mental no se comportan tan bien como el resto de la clase.
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