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A sus 25 años, Inés Rodríguez ha encontrado en las redes sociales una plataforma para desmitificar la parálisis cerebral y sensibilizar sobre la discapacidad. Esta joven canaria, logopeda de profesión e influencer, ha cautivado bajo el nombre de @inusu_al a más de 147.000 seguidores en Instagram y 176.000 en TikTok.
Se ha convertido en una referencia en materia de discapacidad en redes sociales por su manera natural y divertida de afrontar su realidad. “El humor tiene un papel fundamental en mi vida”, afirma Inés durante una entrevista a la web de Informativos Telecinco.
Todo empezó cuando Inés era bebé. Sus padres notaron que no desarrollaba habilidades motoras como otros niños de su edad. Preocupados, acudieron al médico y recibieron un informe en el que figuraba el diagnóstico de parálisis cerebral infantil. Sin embargo, nadie les explicó que era aquello. Su madre, con el informe en la mano volvió a entrar en la consulta para saber que eran aquellas tres palabras que reflejaba ese papel. “Te lo he puesto porque parece que no os dais cuenta”, le dijo la profesional de salud.
Con más preguntas que respuestas, sus padres acudieron a una librería en busca de un libro que verdaderamente les informara que era lo que ocurría a Inés. A partir de ahí, tomaron las riendas de la situación y se cogieron una baja laboral de un año para centrarse en las terapias de su hija. Gracias a este esfuerzo y a la dedicación, Inés tuvo una infancia feliz y plena.
La naturalidad, el humor y el apoyo de sus seres queridos han sido los ingredientes perfectos para que Inés vea su discapacidad como una característica más de su persona, sin considerarla un obstáculo. "Todos tenemos nuestras limitaciones, yo simplemente adapto mi vida a las mías".
Inés asegura que muchos de los desafíos que se le presentan no se deben tanto a su discapacidad, sino a las barreras sociales que nos afectan a todos. “Yo me enfrento a los mismos problemas que cualquier persona, como el sistema patriarcal, la precariedad laboral o el difícil acceso a la vivienda”, comenta.
Como logopeda, Inés trata a pacientes con parálisis cerebral, quienes se sienten especialmente comprendidos por ella. “Me dedico a esto porque me interesa y es un proceso de rehabilitación muy bonito”, dice, reconociendo que el humor es clave en sus consultas. "Es una herramienta fundamental".
Además, también se dedica a crear contenido en las redes sociales para visibilizar la parálisis cerebral. "Surgió de manera natural. Consumo mucho TikTok y me gusta ver diferentes realidades y perfiles. Eso me llevó a querer mostrar la mía”, relata.
A partir de un video que se hizo viral, en el que explicaba que no le gusta que la llamen "campeona", porque siente que ese término la infantiliza, su presencia en redes ha crecido enormemente. “No pensaba que iba a llegar tan lejos”, confiesa, y añade: “Yo dejo las cosas en internet y que los algoritmos hagan su trabajo, pero parece que lo están haciendo muy bien”.
Inés disfruta de una comunidad de seguidores que la respetan y apoyan, y aunque admite tener algunos "haters", asegura que sus propios seguidores se encargan de gestionarlos: “No tengo tiempo para que me afecten”.
Uno de los nuevos proyectos que le esperan es estudiar interpretación. “No he tenido referentes en la televisión o el cine cuando era más joven. Estaría muy guay que yo pudiese serlo”. Reconoce que hasta ahora solo ha encontrado figuras de referencia en el deporte, especialmente durante su etapa como nadadora competitiva, y que le encantaría que la visibilidad de personas con discapacidad se extendiera a otros ámbitos.
También se ha incorporado como embajadora de la Fundación Adecco para promover el empleo de las personas con discapacidad. “Todavía faltan mucha inclusión y ayuda, tanto a nivel legislativo como en el acceso laboral”, manifiesta. Hacer la vida más accesible, desde las terapias hasta adaptar una casa, sigue siendo un reto económico y logístico para muchas familias. “Ojalá lleguemos a un punto en el que no haga falta luchar por esto”, dice con esperanza.
A las familias que están comenzando el camino con un hijo con discapacidad, Inés les envía un mensaje claro: “No es un drama la discapacidad, sino que la sociedad no esté preparada. Hay vida más allá, y es una vida plena”, concluye Inés.
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