Las matronas se asocian al embarazo y a la crianza, pero, en realidad, acompañan a las mujeres en todas las etapas de su vida, aunque hay una que muchas transitan en soledad: el duelo por no poder ser madres. Se sienten acompañadas en su proyecto de tener descendencia, pero muy solas cuando no logran el objetivo. Una de ellas es Gloria Labay, comadrona de 59 años, que a raíz de su proceso personal abraza a las personas que recorren este camino de aceptación en un espacio seguro y sin juicios, un grupo de ayuda mutua llamado 'La vida sin hijos'.
Pregunta: ¿Por qué decide ser matrona?
Respuesta: Siempre me interesó mucho el mundo de la maternidad, la crianza y los cuidados. La reproducción me parece milagrosa, el proceso de crear un ser humano dentro de otro cuerpo me causaba mucho interés.
P: ¿Con qué intención crea el proyecto La Vida sin Hijos?
R: Lo desarrollé en el año 2018 tras renunciar a mi deseo de ser madre y transitar este duelo. Expresar mis emociones me sentaba bien y quería hacer tribu con otras mujeres que se encontraban en la misma situación. Por mi profesión sabía que no era la única en el mundo. La sanidad española ofrece bastantes recursos para afrontar el parto, la crianza o la lactancia, pero no brinda apoyo a las ciudadanas que desisten en su intento de quedarse embarazadas o sufren un aborto. Se espera que se vayan a casa y lo superen solas, algo que me parece muy injusto.
P: ¿Cuántas pérdidas gestacionales tuvo que afrontar?
R: Sufrí dos abortos de forma natural, también recurrí a una inseminación artificial donde logré un embarazo al tercer intento, aunque no salió bien. Además, realicé una ovodonación, pero a las ocho semanas de embarazo se interrumpió la gestación. Esperé cinco años para adoptar a una criatura de Nepal y tampoco fue posible. La bajada de la fertilidad se produce a los 35 años, yo empecé a intentar ser madre con 37. Una tira hacia delante, pero en el camino arrastra muchas pérdidas. Además, hay un desgaste físico, psicológico y ,a veces, repercute en la relación de pareja. Cuando desistes, aflora todo lo que pensabas haber superado.
P: ¿Es inusual su orientación laboral?
R: Somos matronas, pero no solo de las personas fértiles, sino de todas. Las ciudadanas con complicaciones reproductivas necesitan un profesional sanitario de referencia. Soy consciente del dolor que hay detrás de los intentos y los negativos. Por ello, acompaño a las mujeres que no pueden tener hijos. También desarrollo en la sanidad pública un programa para afrontar las dificultades en la fertilidad de las personas que todavía están en tratamiento o en lista de espera para acceder a él.
P: ¿Durante el proceso de asumir la infertilidad fue duro trabajar en un paritorio?
R: Ahora estoy en Atención Primaria, dejé de asistir partos en el año 2018. Fui muy resiliente. Me di cuenta de que sentía dolor en una etapa profesional en la que atendí alumbramientos en casa porque el proceso es más íntimo y cercano.
P: ¿Cómo se transita este duelo?
R: El duelo es el proceso que la naturaleza ha previsto para aceptar una pérdida, estamos preparados para ello, pero se requieren espacios para expresar los sentimientos y un entorno que acompañe. Hice una lectura de todo lo vivido y entendí que no dependía de mí. No tenía sentido obstinarme con algo que me resultaba dañino.
P: ¿Por qué se vive esta realidad con tanta soledad?
R: Como es una pérdida intangible es un duelo invisible y desautorizado, además de silenciado por el tabú que existe en torno a la infertilidad. Se enquista y no drenan los sentimientos. Mucho dolor que tenemos las mujeres sin hijos es producido por la cultura patriarcal que nos ha inculcado que la maternidad te completa como mujer. Por ello, aflora la vergüenza y la culpa.
P. ¿El entorno, a veces, tampoco ayuda?
R. Hay comentarios que duelen. Si te quedas en paro te dicen que te animes, pero si tienes una pérdida gestacional te comentan que así tienes más dinero y tiempo para viajar. Son respuestas muy simples a situaciones muy complejas. Además, cuando dos personas se casan disfrutan de 15 días de permiso laboral, pero si una mujer sufre una pérdida gestacional en el tercer trimestre de embarazo, su pareja tiene que acudir al trabajo al día siguiente. Es un drama que te venga la muerte cuando esperas la vida.
P: Una de cada seis parejas tiene dificultades para tener hijos, según la Organización Mundial de la Salud, ¿es un problema social?
R: En España hay una crisis de natalidad desde hace muchos años. Las únicas soluciones que se ofrecen son la reproducción asistida o la ovodonación. Además, cada vez más mujeres congelan óvulos, pero necesitan tener un mínimo de 20 ovocitos para favorecer el éxito del proceso. Al final, se beneficia la reproducción de las personas con mayor poder adquisitivo. Todo este proceso me ha hecho ser más feminista, con los cuerpos de las mujeres siempre se hace negocio. No se trabaja tanto en propiciar medidas sociales que favorezcan el adelanto de la edad de maternidad cuando hay un grave problema de recambio generacional.
P: ¿Por qué incrementa cada vez más la infertilidad?
R: El principal motivo es la tardanza en tener el primer hijo, en España la media se sitúa en los 32,6 años. Además de la infertilidad biológica también existe la social, fue mi caso. No encontraba una pareja con la que formar ese proyecto.
P. ¿Comprende el recurso de la gestación subrogada para las mujeres infértiles?
R: Soy totalmente contraria a esta opción. Hay psiquiatras infantiles perinatales que comparan la rotura del vínculo entre el bebé y la gestante con la muerte de la madre en el parto. Para esta mujer también tiene que ser difícil desentenderse de la relación mientras afronta un puerperio. La maternidad no es un derecho, es un deseo.
P: En su página web invita a descubrir lo que pasa cuando una mujer deja de poner toda su energía en el objetivo de ser madre. ¿Qué sucede?
R: Una persona que se pasa 30 años de su vida pensando que va a tener un hijo, porque desde pequeñita le inculcan esta faceta, lo intenta por tierra, mar y aire y no lo consigue, se pregunta qué va a hacer con su vida. Pero cuando se transita el duelo, se abren paso otros proyectos que se habían quedado atrás. Hay muchos guiones de vida y siempre hay uno que se adapta a las circunstancias. El mundo necesita mucho amor y no solo materno.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento