Casi 8 de cada 10 españoles considera que el Alzhéimer es el principal problema al que se enfrentan las personas mayores. Hoy en día es una enfermedad incurable, aunque ha habido muchos avances al respecto. No obstante, esta patología, así como otras causas de demencia, afectan a un tercio de las personas mayores de 85 años, y la progresión del envejecimiento incrementa día a día esta tendencia.
A día de hoy, los factores de riesgo que favorecen el desarrollo del Alzhéimer son la edad, la genética, los antecedentes personales de salud, y los hábitos de vida, según revela en una entrevista con Europa Press Infosalus Arcadi Navarro Cuartiellas, catedrático de Genética y profesor de investigación ICREA en la Universidad Pompeu Fabra, así como director de la Fundación Pasqual Maragall, y de su centro de investigación, el BarcelonaBeta Brain Research Center.
Este experto ha escrito 'Neuro-degeneración y Alzhéimer. Avances tecnológicos y de investigación para su prevención y tratamiento' (Colección Health tech. Lid Editorial), junto a la psicóloga y master en Neuropsicología y miembro de la Fundación Pasqual Maragall Nina Gramunt.
Aprovechando la noticia de que el actor australiano Chris Hemsworth había sido alertado por las pruebas médicas de que tenía un riesgo elevado de padecer Alzhéimer, hemos preguntado al doctor Navarro cómo a día de hoy esto es posible, y si todos podemos conocer cuál es nuestro riesgo de desarrollar esta demencia.
En cuanto al diagnóstico hace referencia a los avances que se están dando en los métodos hoy en día utilizados como la punción lumbar y la resonancia magnética, pero también destaca el desarrollo de los biomarcadores biológicos en sangre, y de los biomarcadores digitales pasivos, que sirviéndose del habla pueden deducir sintomatología bastante precisa.
"Hay muchos factores aparte de la genética que determinan la aparición, pero el riesgo mayor existe, y este señor se tiene que monitorizar, se tiene que cuidar, y seguir un estilo de vida más sano para compensar ese riesgo más alto de padecer la enfermedad. Hay muchos factores de riesgo controlables, la vida social, la diabetes, fumar, la hipertensión, el 7% de la causalidad tiene que ver con el nivel educativo, por ejemplo, y el 8% con la sordera. Controlando esto se puede llegar a evitar entre un 30-40% de los diagnósticos anuales de Alzhéimer a nivel mundial", mantiene este especialista.
Subraya que 10-15-20 años antes de los primeros síntomas de la enfermedad, se da un periodo previo de neurodegeneración. Se trata de "una fase silenciosa muy larga que tiene la enfermedad", y en la que se acumulan proteínas en el cerebro, tal y como afirma.
"Como el cerebro es muy plástico se va adaptando, las neuronas se ayudan a las otras, por ejemplo, pero al final llega un momento en el que el cerebro no se puede adaptar más, y ahí es cuando empiezan los síntomas clínicos. Es por eso por lo que la prevención y la detección precoz son tan importantes y con mucha antelación se abre una ventana terapéutica", sostiene el director de la Fundación Pasqual Maragall.
En este sentido, el doctor Arcadi Navarro defiende que en la actualidad no tiene mucho sentido realizar un cribaje poblacional de riesgo de Alzhéimer porque no hay un tratamiento para ello. Sólo la FDA norteamericana aprobó en 2023 el lecanemab (Leqembi) y en 2024 el donanemab (Kisunla), dos medicamentos antiamiloides (reducen el amiloide en el cerebro y desaceleran la afectación cognitiva) para personas con demencia leve debida a la enfermedad de Alzheimer y deterioro cognitivo leve por el Alzhéimer (sólo el 1% de la población), que en Europa aún no están aprobados.
"Aquí no tiene sentido el cribaje poblacional porque no está muy desarrollado el arsenal terapéutico. Ahora, dicho esto, sí existen biomarcadores que permiten con mucha precisión clasificar el riesgo de las personas mucho antes de que aparezcan los síntomas. Tecnológicamente, hoy es posible y se ha avanzado en este sentido en los últimos 4-5 años. Hasta entonces lo era a través de una resonancia magnética, o de una punción lumbar, pero no son baratas", agrega.
Eso sí, reconoce que "tiene todo el sentido del mundo" que hoy en día estas pruebas de sangre donde comprobar nuestro riesgo de Alzhéimer no estén implementadas en nuestro sistema sanitario, igual que chequeamos si tenemos azúcar o colesterol, y es que, tal y como justifica, no podemos actuar de manera masiva con los pacientes porque no hay tratamientos.
Aparte del desarrollo de los biomarcadores en fluidos antes citado, que permite de manera barata un diagnóstico preciso de la enfermedad, además de una detección precoz muy avanzada; después apunta como otros avances tecnológicos desarrollados en el campo la aplicación de técnicas de IA a los grandes conjuntos de datos que tenemos sobre el estilo de vida que permiten ver estos factores de riesgo con precisión; el desarrollo de nuevos fármacos y la posibilidad de ajustar los tratamientos que reciba cada persona; así como una creciente ola de investigación social que permitirá ver cómo mejor gestionar al paciente, y a su familia.
En concreto, detalla el director de la Fundación Pasqual Maragall que la fase preclínica de la enfermedad tiene el elemento de que ya hay patología en el cerebro, proteínas, pero estas no tienen ningún efecto cognitivo todavía, una fase muy larga, en la que ya se podrían intervenir, y para la que hay tratamiento en ensayos clínicos, pero que aún no han sido aprobados.
"Al final esperamos un mundo sin Alzheimer, pero lo es por la vía de la detección precoz y de tratamientos preventivos se llegue a desarrollar la enfermedad. Aunque supiéramos resucitar las neuronas, que hoy no sabemos, no sabemos dotarlas del mismo contenido. Entonces, aunque alguien pueda volver a tener recuerdos, no podría recuperar la memoria perdida, así que es mejor evitar que se incendie el bosque, que no el apagar el fuego", remarca.
En este sentido, recuerda que a día de hoy puede tener una vida más sana, huir de contaminación, hacer ejercicio, seguir una dieta rica en omega 3, mantener una vida social sana, no fumar, controlar la hipertensión y la diabetes, no tener obesidad, tener una vida intelectual rica, un sueño de calidad y reparador, al tiempo que mantener una vida social estimulante; "todos son factores que mejoran nuestra salud y no sólo la cardiovascular, sino que se ha demostrado que también mejoran nuestra salud cerebral", resalta Arcadi Navarro.
"Estamos en un momento en el que la investigación está cambiando y, por tanto, la esperanza está creciendo", subraya el doctor, al tiempo que defiende que "viviremos un futuro sin Alzhéimer".
Considera que, hasta ahora, hay una cosa que jamás ha pasado en la Historia, y es que siempre que los humanos le hemos dado a la Ciencia un problema, sea la vacuna de la COVID-19, la resistencia a los antibióticos, por ejemplo, lo que sea, la Ciencia siempre lo ha resuelto bajo una condición, y es que siempre que se hayan dedicado suficiente talento, y recursos al problema.
"Con el Alzhéimer y las demencias el problema principal que padecemos es que durante décadas no se ha investigado lo suficiente. Ahora que vemos más esperanza y hay más investigación y a través de la ciencia viviremos en un mundo sin Alzhéimer; es necesario que todos destinemos más recursos con investigación sobre las demencias. Con la ciencia y más apoyo a familiar podemos acabar solucionando el problema", concluye este experto.
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