Este sábado, 21 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Alzheimer. Con motivo de esta fecha, Carlos Franganillo se ha desplazado hasta un sitio único, una residencia de enfermos de alzhéimer, pero también un centro puntero de investigación, donde se hace un estudio de la enfermedad neurodegenerativa siguiendo, día a día, la evolución de los pacientes. Hablamos del Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía (CAFRS). El director de Informativos Telecinco ha entrevistado allí al doctor Pascual Sánchez-Juan, director científico del Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN).
El doctor Sánchez-Juan ha detallado de primera mano cuáles son las particularidades del CAFRS, donde también se integra la Fundación CIEN, ubicado en el distrito de Vallecas, en Madrid: "Lo que nos hace únicos es el hecho de ser un centro de investigación, pero que está dentro de una gran residencia sociosanitaria de pacientes con demencia. Les evaluamos cada cierto tiempo con distintos test, realizamos distintas evaluaciones clínicas y hay un programa de donación de cerebro que hace que podamos evaluar al final cuál era la patología del paciente con técnicas post mortem, como por ejemplo hacer una resonancia una vez que el paciente ha fallecido, lo cual nos permite cotejar eso con la información neuropatológica".
Muchos ciudadanos se preguntan qué es lo que distingue al alzhéimer de otras enfermedades neurodegenerativas. "Clásicamente era un cuadro de demencia, donde normalmente se empieza por la afectación de la memoria, pero luego afecta a otras áreas cognitivas. Y lo que vemos en el cerebro de esos pacientes, cuando se estudia, son dos proteínas, fundamentalmente, depositadas fuera de las neuronas y dentro de las neuronas. Esto era cómo se concebía la enfermedad hasta hace no mucho", detalla el doctor Sánchez-Juan.
"La visión del alzhéimer ha sido muy lineal. 'Esta proteína se acumula, esto altera a esta proteína y esto produce la enfermedad'. Ahora sabemos que, probablemente, es mucho más complejo que eso. Es todo un reto entender cómo funciona el cerebro. Es uno de los problemas que tenemos para avanzar en el tratamiento de estas enfermedades", agrega el director científico de la Fundación CIEN.
Un dato importante que conocer es que hay diferencias que se pueden apreciar a la vista entre un cerebro sano y un cerebro que está sufriendo alzhéimer. "La parte más media, que sería el hipocampo, eso es la diana, la zona cero de la enfermedad del Alzheimer, donde vamos a ver primero los cambios en forma de atrofia en toda una estructura, y es lo que se relaciona con la memoria, por eso en los pacientes, normalmente, los primeros síntomas son que no recuerdan lo que han desayunado o lo que hicieron ayer. Porque son incapaces de fijar nueva información", comenta el experto, que ha analizado una radiografía de un cerebro con Carlos Franganillo. "Todo lo que se ve en negro es el líquido cefalorraquídeo, es vacío. Se ve en negro porque se ha atrofiado y, por lo tanto, esto está ocupado por el líquido".
El doctor Sánchez-Juan asegura que "la joya del centro es el Banco de Cerebros", el cual ayuda de forma crucial a la investigación del alzhéimer: "Se nutre, por un lado, de los pacientes de las residencias -diríamos que es el programa interno-, y luego también de donantes externos".
"Para procesar un cerebro, normalmente, lo que hacemos es separarlo en dos mitades, una vez que se ha extraído el órgano. Una se va a congelar para estudios, por ejemplo, bioquímicos y otra se va a fijar en formol. Las escaneamos y, una vez están digitalizadas, podemos cuantificar o buscar patrones", precisa el doctor.
Otra de las cuestiones tratadas por el doctor es la conducta de los pacientes con alzhéimer, cómo es su evolución. ¿Cómo se pasa de un estado de ánimo inicial de miedo y de incertidumbre a después perder la noción de la realidad? "Lo primero que solemos ver, y a veces se asocia con los problemas de memoria, es la apatía. A eso se puede añadir o no un componente depresivo cuando uno es consciente de los síntomas. Y, conforme avanza la enfermedad, podemos ver alteraciones psiquiátricas más severas, como los delirios o alucinaciones. Puede haber agresividad incluso. Va generando que la familia realmente tenga que hacer frente a una situación muy dura", indica el experto.
La ciencia comienza a tener herramientas para hacer frente a la enfermedad. Pero ¿tiene suficientes para predecir que una persona que no tiene ningún síntoma puede desarrollar la enfermedad 10 o 20 años después?
"Los fármacos que modifiquen el curso de la enfermedad van a ser mucho más activos en cuanto los apliquemos. Por lo tanto, sería ideal en estados donde la enfermedad no da la cara. Ahora tenemos herramientas que son mucho más sensibles y nos pueden ayudar a detectar, no solo componentes del alzhéimer, sino otros componentes que se asocian al alzhéimer y que determinan el pronóstico", explica al respecto el doctor Sánchez-Juan.
"De momento, lo razonable es intentar detener o ralentizar el curso de la enfermedad. Cronificar la enfermedad, como se ha hecho con el cáncer. Y en este sentido hay algunas buenas noticias. En Estados Unidos han aprobado fármacos cuyos efectos son, de momento, modestos, pero consistentes", agrega el experto, que considera que el planeta vive un momento de gran prosperidad dentro de este campo: "Creo que es el momento de mayor esperanza. Esto, por desgracia, aún no ha llegado a los pacientes. Están intentando atajar distintas partes del problema y que, probablemente, en el futuro, de forma combinada, nos ayuden realmente a avanzar en esa intención de retrasar el curso de la enfermedad".
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