Baja un 60% la tasa de mortalidad por sida, malaria y tuberculosis, mientras que por ictus aumenta un 44%

La tasa de mortalidad de sida, malaria y tuberculosis, tres enfermedades graves, se ha reducido en un 61% desde 2002 y se han salvado 65 millones de vidas. Así lo expone el nuevo informe del Fondo Mundial que se creó para fortalecer los sistemas de vigilancia de estas patologías.

"No son meras cifras", afirmó Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial. "Cada una de las 65 millones de vidas salvadas por la asociación es un familiar, un amigo, un vecino, un profesor, un trabajador. Cada vida salvada y cada infección evitada tienen un efecto multiplicador en las familias, las comunidades y países enteros". 

Uno de los principales motivos por los que se ha conseguido que la tasa de mortalidad baje se debe a la reducción de los precios de medicamentos y productos clave para las tres enfermedades,  lo que permitió a los países de ingresos bajos aumentar la cobertura y llegar a más personas.

Por ejemplo, se ha producido una reducción del 25% en el precio de TLD, un tratamiento de primera para el VIH; de un 30% para 3HP, un tratamiento preventivo de la tuberculosis; y un 55% para la bedaquilina, el principal tratamiento de la tuberculosis farmacorresistente. Además de la introducción de nuevos mosquiteros tratados con insecticida, cuya eficacia contra la malaria supera en más de un 45%.

Además, gracias al empleo de herramientas innovadoras y las unidades móviles de diagnóstico y las capacidades de la inteligencia artificial se detectó y trató a más personas con tuberculosis que nunca. Sin embargo, la tuberculosis farmacorresistente, una de las principales causas de mortalidad relacionada con la resistencia a los antibióticos, es una amenaza creciente. 

Las muertes por infartos o ictus aumentan

Sin embargo, las muertes por ictus o infartos cerebrales han aumentado un 44% en todo el mundo entre 1990 y 2021. Cada año, se registran 12 millones de casos y más de 7 millones de muertes por estos accidentes, en su mayoría causados por factores metabólicos como el sobrepeso o la hipertensión, la contaminación atmosférica y las altas temperaturas, según el según el último análisis del Estudio sobre la carga mundial de morbilidad, lesiones y factores de riesgo (GBD) publicado en la revista The Lancet Neurology.

El número de personas que sufrieron un nuevo ictus en 2021 aumentó a 11,9 millones (lo que supone un 70% más desde 1990) y las muertes relacionadas con ictus aumentaron a 7,3 millones (un 44% más). Esta incidencia convierte ya al ictus en la tercera causa de muerte en todo el mundo, después de la cardiopatía isquémica y la COVID-19.

“El crecimiento mundial de la cantidad de personas que desarrollan un accidente cerebrovascular y mueren o quedan discapacitadas está creciendo rápidamente, lo que sugiere firmemente que las estrategias de prevención que se utilizan actualmente no son lo suficientemente eficaces”, afirma Valery L Feigin, autor principal del informe, de la Universidad Tecnológica de Auckland (Nueva Zelanda).

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