Carlos Franganillo entrevista a Jordi Figuerola, experto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para saber más del virus del Nilo que está sembrando de miedo zonas de Andalucía y Extremadura en España. Las dos últimas muertes por el virus del Nilo confirmadas en Sevilla han elevado la alerta en Andalucía que pide al Gobierno una mesa de trabajo para abordar el asunto. La localidad más afectada sigue siendo Coria del Río con decenas de afectados por esta picadura de mosquito y donde el día a día ya se ha convertido en miedo al sonido del mosquito.
La situación que vivimos ahora no es nueva. El virus del Nilo se detectó en España en humanos en 2007. La situación más grave en España se vivió en 2020, con ocho muertes. Se suavizó en los dos años siguientes para incrementarse en 2023 con tres fallecimientos. Una cifra que ya se ha superado este año. El virus no presenta gravedad en la gran mayoría de los casos, pero hay que estar alerta y prevenir.
Jordi Figuerola, experto del CSIC, deja claro que "en el 80% de los casos no pasa nada porque el sistema inmune se encarga de que la picadura de un mosquito infectado sea asintomática. Es el sistema inmune el que nos defiende del virus. En el 19% de los casos los síntomas son generales y muy leves -dolor de cabeza, fiebre, malestar- en dos días se resuelven porque generamos anticuerpos que acaban con el virus. En el 1% de los casos se puede generar encefalitis y un porcentaje puede acabar con la muerte".
Figuerola deja claro que "el perfil de los los fallecidos en los casos del virus del Nilo suele ser común. Personas mayores, con otros enfermedades previas o que tiene un sistema inmune inmunodeprimido o personas que han recibido un trasplante. En esos casos la picadura de un mosquito puede ser más fácil desarrollar síntomas más graves".
"Se ha mejorado mucho desde 2020. Andalucía tiene un plan de prevención de enfermedades transmitidas por vectores que obliga a los ayuntamientos a desarrollar programas de vigilancia y control delo vectores. El problema es que estos programas se centran en zonas urbanas en estos casos las zonas donde se han producido los brotes son zonas de cultivo de arroz y ahí no se está haciendo ningún control ni ninguna prevención para reducir la reproducción de los mosquitos. Lo lógico es que llevaran campañas de tratamientos en el momento en el que se inicia en el cultivo del arroz y no se están realizando. En el Delta del Ebro hace diez años en franjas de medio kilómetro alrededor de las poblaciones se realizan cuatro tratamientos anuales con larvicidas para reducir, porque eliminarlos es complicado, para evitar este tipo de brotes", explica Figuerola.
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