Las medusas 'huevo frito' son una especie muy particular que se puede encontrar en las costas españolas del Mediterráneo durante estos meses de verano.
Caracterizadas por su distintiva forma y color, que recuerda a un huevo frito, estas medusas desempeñan un papel crucial en el ecosistema marino.
Son muchas las preguntas que nos asaltan cuando las vemos: ¿Son peligrosas? ¿Qué hago si me pica? Juan Diego López, vicedecano y buzo científico en la Universidad Europea de Canarias resuelve todas las dudas.
La medusa comúnmente llamada "huevo frito" pertenece al filo de los cnidarios, el mismo al que pertenecen los corales, las anémonas y los pólipos. Dentro de ese filo, es de la familia Cepheidae.
Su nombre científico es Cotylorhiza tuberculata, por ello en algunas zonas costeras del Mediterráneo se les llama también "tuberculadas" y "aguacuajadas".
En comparación con la muy conocida medusa luminiscente o medusa violeta, es mucho más grande, con un diámetro de entre 15 y 20 cm.
Tiene forma compacta, con una umbrela amarillenta (de ahí su nombre) homogénea y lisa, y con un conjunto compacto de brazos cuyo volumen es mayor que la umbrela.
Posee características de forma, tamaño y color que las hace fácilmente diferenciables de otras. Además de su tamaño, y su agrupación en amplios bancos, su umbrela no es completamente esférica, sino que posee una cúpula más prominente que el resto. Sus brazos acaban en unas botonaduras de color morado en forma de discos, que ofrece un característico sistema de lunares en el volumen de sus brazos.
También llama la atención su característico color amarillento, que la hace fácilmente visible y diferenciable del agua, en diferencia a otras que poseen mayor transparencia.
Suele vivir concentrada en el Mediterráneo, incluyendo el Adriático y el Egeo. Sin embargo, también se puede ver en zonas medias del Atlántico, pero en grupos significativamente reducidos.
En España se concentra en las costas del Mediterráneo, tanto peninsulares e insulares, y en Canarias, aunque en menor concentración.
Es una especie de bajo impacto en el ser humano, por su menor densidad de cnidocitos o células urticantes, que contienen unas pequeñas estructuras llamadas nematocistos y son las que provocan las molestias, y sus tentáculos mucho más cortos que en otras especies.
Sin embargo, es una medusa que suele estar grandes grupos, y en estos casos la molestias sí que pueden implicar peligro para personas especialmente sensibles.
En la gran mayoría de casos, la principal molestia es la impresión por el contacto y su textura en el encuentro en el mar. El efecto es parecido al de otras medusas, aunque en menor intensidad. En los casos que está en un gran banco, sí puede ser muy molestas.
Se recomienda no frotar la zona afectada, lavar la piel con agua salada y aplicar frío para aliviar el dolor y la inflamación. En todo caso, y como en todas las lesiones por contacto con vida marina, si se produjeran síntomas sistémicos como dificultad para respirar, dolor en el pecho o una reacción alérgica severa, hay que buscar atención médica inmediata.
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