El cáncer hepático primario es el sexto más frecuente a nivel mundial y la tercera causa principal de mortalidad por cáncer.
En 2024, casi 7.000 personas en España serán diagnosticadas con cáncer de hígado, una enfermedad que se prevé que aumenten los casos en más de un 50% en los próximos 20 años.
Su letalidad y las pocas mejoras en las tasas de supervivencia globales hacen que la detección temprana sea crucial. En este contexto, la investigación para prevenir el cáncer de hígado es de suma importancia.
Un reciente estudio publicado en la revista Cáncer de la Sociedad Americana del Cáncer sugiere que ciertos medicamentos comúnmente utilizados para reducir el colesterol pueden disminuir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Este hallazgo podría tener implicaciones significativas en España, donde el 56% de los adultos mayores de 25 años presentan niveles elevados de colesterol, un factor de riesgo que también contribuye a enfermedades cardiovasculares graves como infartos e ictus.
El estudio, liderado por la Dra. Katherine A. McGlynn del Instituto Nacional del Cáncer, analizó los efectos de varios tipos de medicamentos no estatínicos para reducir el colesterol. Estos incluyen inhibidores de la absorción del colesterol, secuestradores de ácidos biliares, fibratos, niacina y ácidos grasos omega-3.
Utilizando datos de una base de atención primaria del Reino Unido que cubre aproximadamente el 7% de la población, el equipo de investigación revisó 3.719 casos de cáncer de hígado y 14.876 controles sin la enfermedad.
Los resultados mostraron que los inhibidores de la absorción del colesterol se asociaron con un 31% menos de riesgo de cáncer de hígado. Además, las estatinas también mostraron una reducción del 35% en el riesgo.
Sin embargo, otros medicamentos, como los fibratos, los ácidos grasos omega-3 y la niacina, no mostraron una asociación significativa con el riesgo de cáncer de hígado. Curiosamente, el uso de secuestradores de ácidos biliares se relacionó con un mayor riesgo en el análisis general, aunque los resultados fueron inconsistentes en función de la diabetes y la enfermedad hepática, sugiriendo la necesidad de más estudios.
La Dra. McGlynn destacó la importancia de repetir estos hallazgos en otras poblaciones para confirmar su validez. "Si nuestros hallazgos se confirman en otros estudios, nuestros resultados podrían servir de base para la investigación sobre la prevención del cáncer de hígado", concluyó.
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