Un accidente doméstico le hizo descubrir que tenía cáncer de laringe: la historia de Juan Carlos

La afonía y la insuficiencia respiratoria llevaban acompañando a Juan Carlos Linares durante dos años. Con tan solo 56 años cada vez le costaba más realizar actividades cotidianas como subir una escalera o hablar. Esto le producía malestar consigo mismo, ataques de ansiedad y cansancio, pero se negaba a acudir al médico.

Perdió más de 40 kilos, pasando de 120kg a 76kg. Hasta el punto de tener que comprarse un cojín para el coche porque se le clavaban los huesos. Juan Carlos creía que todo lo que le ocurría provenía de algún problema en el pulmón, porque "fumaba como un carretero".

Me engañaba a mí mismo y pensaba que era algo que se iba a pasar

Temía que el día que entrara en el hospital no hubiera vuelta atrás. "Por lo tanto, me engañaba a mí mismo y pensaba que era algo que se iba a pasar", cuenta durante una entrevista a la web de Informativos Telecinco.

Fue una quemadura en la pierna, producida por un caldo muy caliente que se le cayó, lo que le hizo acudir al hospital. "Obligado por mi mujer", reconoce.

De una quemadura al diagnóstico de cáncer

Al llegar, los médicos se dieron cuenta de que lo que menos importaba era la quemadura. Aunque al principio le diagnosticaron EPOC, al poco tiempo estaba siendo intervenido por la verdadera causa que llevaba mucho tiempo llamando a la puerta: cáncer de laringe.

Juan Carlos fue intervenido rápidamente. "Entré un sábado al hospital y el domingo ya estaba operado". Aunque esos dos días no existen en su memoria." Lo último que recuerdo fue pedirle a un médico que por favor llamara a mi mujer. La siguiente imagen no es hasta el lunes en UCI".

Cuando se despertó no tenía ni laringe ni cuerdas vocales. Le habían realizado una laringectomía. Tampoco tenía trabajo. Su jefe había presentado su carta de despido cuando él aún estaba en la UCI.

De un día para otro su vida cambió para siempre. Quien le iba a decir cuando se iba a tomar ese caldo caliente que esa tarde había sido la última vez como conductor de VTC, y que una quemadura le salvaría la vida.

El cáncer de cuello y cabeza

El cáncer de laringe es un tipo de cáncer de cuello y cabeza, el sexto más común a nivel mundial. En España se diagnostican entre 13.000 a 15.000 nuevos casos cada año. "Es más habitual que los mielomas o la leucemia, pero falta mucha visibilidad", indica María Jesús Romero, presidenta de la Asociación Española de Pacientes de Cáncer de Cabeza y Cuello (APC).

El uso de alcohol y de tabaco son los dos factores de riesgo más importantes de este tipo de cáncer, y se considera que el 75% de los pacientes que los tienen es por este motivo. También hay otras causas como la infección del virus del papiloma humano (VPH), cuyos casos están aumentando. De hecho, se espera que la incidencia aumente a unos 17.000 por esta causa.

El caso de Juan Carlos representa la realidad de muchos otros pacientes. Llegan tarde al médico porque no dan importancia a los síntomas o no conocen el cáncer de cabeza y cuello. Por ello, los profesionales de la salud recomiendan acudir al médico si durante 15 días seguidos se sienten síntomas como ronquera, sangrado de encías, dificultad para respirar o dolor al tragar.

Volver a escuchar su voz

Tras pasar 50 días en el hospital y 33 sesiones de radioterapia, Juan Carlos ve la vida con otros ojos y valora la salud más que nunca. "Sabía que el tabaco no era bueno, pero nunca fui consciente de que esto me podía pasar", asume. Y reconoce que haber acudido al médico cuando los síntomas empezaron hubiera cambiado la situación.

Sabía que el tabaco no era bueno, pero nunca fui consciente de que esto me podía pasar

Ahora puede hablar gracias a una válvula en su garganta, la cual tiene que tapar para que el aire salga por la boca cada vez que quiere decir algo. "La primera vez me escuché se me quitó una tonelada de peso de encima", expresa.

A pesar de todo, Juan Carlos es un afortunado. "A muchos otros pacientes se les desfigura el rostro después de la intervención y no pueden ni hablar ni comer. Aislándose de la sociedad por completo", explica la presidenta de la asociación. "Es el cáncer con más probabilidad de suicidio".

La recuperación de Juan Carlos

Juan Carlos, a sus casi 60 años, lleva dos intentando aprender a reconducir su vida. Desde su llegada al hospital nunca ha vuelto a trabajar y ahora cuenta con una discapacidad total. Aceptar esta nueva realidad es fundamental para seguir adelante, pero ello también le ha conllevado a despedirse de otras cosas, como meterse en el mar, bucear en una piscina o volver a conducir un coche.

Ir al psicólogo y al psiquiatra han tenido un papel fundamental. "Cuando el cáncer entra por la puerta, entra para todos. Te mina moralmente y el trabajo de la cabeza es esencial".

Cuando el cáncer entra por la puerta, entra para todos. Te mina moralmente y el trabajo de la cabeza es esencial

Sus principales herramientas son distraerse, pasar tiempo con su perro y ayudar a otras personas junto a la asociación. "Es lo que más me ayuda y me hace sentirse útil", relata.

"No tengo palabras para expresar lo que siento cuando conozco a personas con el mismo tipo de cáncer que todavía no han recibido la operación. Para ellos verme es esperanzador. Se les iluminan los ojos de pensar que a lo mejor pueden volver a hablar", indica. También intenta ayudar a los más jóvenes. "Quiero que, con mi caso, vean que esto puede pasar", finaliza.

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