En pleno debate sobre el acceso al porno en internet una investigación da nuevas pistas sobre lo que puede provocar una verdadera adicción, sobre todo en menores. Los estados de tristeza, estrés, soledad, entre otros, pueden ser detonante para un consumo compulsivo de pornografía, según revela un estudio realizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
"La pornografía no solo se consume por placer o curiosidad sexual; para algunas personas, la motivación principal puede ser regular estados emocionales desagradables, como la tristeza o el aburrimiento, o enfrentar eventos vitales estresantes", según investigadores del Grupo de Investigación en Adicciones Comportamentales (GIAC) de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
La regulación emocional en el contexto del consumo de pornografía y su uso problemático han sido estudiados por los investigadores Giulia Testa, Alejandro Villena y Carlos Chiclana, que han descubierto cómo el sistema de recompensa del cerebro, impulsado por la dopamina, se activa intensamente durante la visualización de pornografía, generando sensaciones que refuerzan el comportamiento y promueven la búsqueda continua de estos estímulos. .
Giulia Testa, afirma que este estudio "evidencia que las dificultades en la regulación emocional y la falta de estrategias de afrontamiento pueden ser factores de riesgo para el desarrollo de un uso problemático de pornografía (UPP)".
"Aunque esto puede proporcionar un alivio temporal de las emociones negativas, a largo plazo puede deteriorar la capacidad del individuo para manejar sus sentimientos de manera saludable", señala la investigadora.
Además, añade que "las motivaciones emocionales más recurrentes que aparecen en los estudios son la soledad, el aburrimiento y la gestión de la ansiedad y el estrés. Una práctica que se presenta principalmente en hombres adultos, mientras que en mujeres es menos frecuente".
Testa recuerda que "el consumo de pornografía para aliviar las emociones hace que las personas no gestionen de manera asertiva y eficaz situaciones que requieren de otras estrategias. Además, el fácil acceso, la gratuidad y el anonimato, fomenta este tipo de comportamientos que pueden llegar a generar adicción".
El psicólogo e investigador Alejandro Villena ofrece una serie de pautas para una regulación emocional saludable.
1. Realiza dietas tecnológicas.
2. Trabaja tus emociones: aprender a identificarlas y detectar detonantes.
3. Fomenta el ocio al aire libre y las relaciones interpersonales.
4. Haz un listado de actividades que te ayuden a desconectar y regular tus emociones.
5. Ten presente actividades alternativas a la pornografía.
6. Practica mindfulness o meditación.
7. Pon atención a la autoexigencia familiar, laboral y social.
8. Anota las emociones en un diario para analizarlas y aprender de los estados emocionales.
9. Ten momentos de silencio, reflexión y lectura.
10. Si necesitas ayuda, recurre a un profesional.
Otra herramienta desarrollada por UNIR junto con el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y la Asociación Dale Una Vuelta es la guía para familias para prevenir el uso problemático de la pornografía en adolescentes.
Un documento práctico, elaborado desde la evidencia científica y la práctica clínica de profesionales sanitarios que muestra las consecuencias negativas del consumo de pornografía en la población infantojuvenil y ofrece herramientas e ideas prácticas a las familias para su prevención.
Los enfoques terapéuticos que integran elementos de gestión y regulación emocional han demostrado ser prometedores en el tratamiento del uso problemático de la pornografía.
El Dr. Carlos Chiclana asegura que algunas de las terapias que se pueden emplear son "la terapia Cognitivo Conductual, basada en Mindfulness y la terapia de Aceptación y Compromiso. Estas modalidades terapéuticas se centran en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales, así como en desarrollar habilidades para manejar y regular las emociones de manera más efectiva".
Plataformas gratuitas y anónimas como Comodejarlo.org, desarrollado el GIAC, ofrece una terapia online, anónima y gratuita a jóvenes de entre 16 y 24 años que presentan un uso problemático de la pornografía.
Chiclana añade que "en el futuro, las investigaciones deberían emplear un enfoque multidimensional para examinar la interacción entre el UPP y la regulación emocional, considerando factores sociodemográficos y culturales más amplios que podrían influir en las motivaciones para consumir pornografía".
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