Principales amenazas para el ojo en verano: sol, agua, arena y aire acondicionado
Durante el verano se multiplican las amenazas para la salud ocular, sobre todo para los niños
El uso de gafas de sol homologadas es imprescindible para prevenir enfermedades oculares
Efectos del sol en nuestros ojos: cómo protegernos de los rayos ultravioletas
Las amenazas para la salud ocular se multiplican durante el verano, una época en la que muchas personas deciden pasar más tiempo al aire libre aprovechando que los días son más largos y las temperaturas más calurosas, pero en la que la intensidad de la radiación solar y las propias actividades pueden suponer un riesgo para nuestros ojos.
En una entrevista con EFE, el doctor Luis Fernández-Vega, del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, ha explicado que el uso de gafas de sol homologadas, que filtren adecuadamente la luz ultravioleta en verano, es imprescindible para prevenir enfermedades oculares, como la queratitis actínica, una inflamación de la córnea causada por la sobreexposición a los rayos solares.
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A este respecto, ha subrayado que no se debe olvidar el uso de las gafas de sol durante los días nublados, ya que las nubes “solo evitan que pase el 10 por ciento de la luz solar” y ha aconsejado también tener cuidado con el reflejo del sol en la arena o el agua, ya que “puede ser igual de dañino que la luz directa”.
Los niños, un grupo especialmente vulnerable
Aunque el daño que puede hacer el sol en los ojos afecta a todos los grupos poblacionales, puede ser especialmente grave en niños, ya que “no tienen todavía desarrollado el cristalino y son un 75 por ciento más vulnerables a la luz solar” que los pacientes adultos, por lo que para ellos es más importante aún el uso de gafas de sol homologadas, ha explicado Fernández-Vega.
En cuanto a los niños, otro problema que les afecta especialmente en verano es la entrada de arena en los ojos, un percance que se soluciona lavando la zona afectada con “suero fisiológico frío”, ha aclarado el oftalmólogo.
Para aquellos que no tienen la playa o la piscina a mano, una de las formas más comunes de evitar el calor en verano es el aire acondicionado, pero, según Fernández-Vega, estos aparatos pueden ocasionar que se reseque aún más la superficie ocular, por lo que aquellas personas con ojo seco deben rehidratarse utilizando lágrimas artificiales, especialmente “en momentos de trabajo con ordenador o de lectura importante”.
El peligro de bucear con lentes de contacto
Otra de las advertencias que ha lanzado el doctor va dirigida a aquellas personas que utilizan lentes de contacto, a las que aconseja “evitar las piscinas”, así como “las duchas y los baños en la playa” o, en el caso de no hacerlo, que retiren las lentes lo antes posible tras el baño y se laven las manos antes correctamente.
Lo que no se debe hacer bajo ningún pretexto, ha advertido, es abrir los ojos debajo del agua si se llevan lentillas, ya que hacerlo puede causar "una queratitis actínica o una infección importante" y conllevar un tratamiento e, incluso, cirugía para su curación.
De hecho, el doctor ha recomendado siempre el uso de gafas de buceo, incluso si no se utilizan lentes de contacto, ya que abrir los ojos debajo del agua puede resecar el ojo, un problema que, de suceder, hará necesario el uso de lágrimas artificiales para corregir dicha sequedad.
Frotarse los ojos, un mal hábito
Por otro lado, el doctor también ha señalado que un acto tan cotidiano y aparentemente inofensivo como frotarse los ojos puede ser perjudicial, especialmente para los pacientes jóvenes, que pueden sufrir problemas como el queratocono, una deformación de la córnea, por lo que ha aconsejado evitarlo o hacerlo "siempre con las manos limpias", ya que, de lo contrario, también se exponen los ojos a infecciones.
Para aquellos a los que les gusta aprovechar las vacaciones para disfrutar de sus series o películas favoritas, el oftalmólogo ha afirmado que el uso de pantallas no es perjudicial en sí mismo, siempre y cuando el mismo sea moderado, a una distancia correcta y con muy buena iluminación.
Las revisiones oculares, la asignatura pendiente
Por último, el doctor ha recalcado que la revisión de la salud ocular es la "asignatura pendiente" de la ciudadanía, y ha recomendado que la primera visita al oftalmólogo sea a los cuatro años y al menos una más en la adolescencia y otra en la edad adulta, a partir de los 45 años, algo fundamental para prevenir enfermedades.
“Hay patologías que solo se diagnostican en el oftalmólogo, son patologías que no dan la cara hasta estadios muy avanzados y la única opción que existe para diagnosticarla es en la consulta”, ha remachado.
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