Los ojos es una de las partes de nuestro cuerpo que más sufre ante la exposición del sol, por ello es necesario ser precavido y protegerlos incluso a edades tempranas y si el cielo está nublado también. Unas buenas gafas de sol son lo ideal para garantizarnos que nuestros ojos quedan totalmente protegidos.
Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso, vocal de la Sociedad Española de Oftalmología y oftalmólogo en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega ha explicado que la exposición excesiva a los rayos de sol y ultravioleta puede desencadenar consecuencias graves como una queratitis actínica.
"Esta patología se produce por exposiciones prolongadas al sol, una inflamación en la córnea que puede dar lugar a un ojo seco, así como visión borrosa, enrojecimiento, e incluso dolor", subraya este oftalmólogo.
Así, el posible daño que pueda ocasionarnos el sol en nuestros ojos se puede solventar con gafas sol homologadas, según prosigue, y que éstas cubran bien todo el ojo, "no vale unas que sólo cubran la parte central del ojo". Es la principal protección que podemos ofrecerle al ojo, tal y como afirma este especialista, si bien precisa que sólo deben escogerse aquellas que se vendan en ópticas, y en establecimientos autorizados.
Hay que optar por las de categoría tres en adelante, precisa este oftalmólogo y miembro de la SEO, dado que filtran a partir del 90% de la radiación ultravioleta (UV), y además disminuyen el impacto de los rayos en las superficies blancas, como pueden ser la arena, el agua (la superficie del mar y de las piscinas); y en invierno, la nieve.
"Son buenas a partir de la categoría 3, que filtran entre 95 y 100% de la radiación ultravioleta. Esto no sólo hay que llevarlas en días de sol porque las nubes dejan pasar entre el 85 y el 90% de la luz ultravioleta. Entonces si hay resol también es recomendable llevar las gafas", remarca Luis Fernández-Vega.
La queratitis actínica es fundamentalmente el principal problema que puede ocasionarnos una exposición indebida al sol, si bien el doctor Fernández-Vega apunta a que también los rayos ultravioletas en los niños podrían aumentar las probabilidades de tener alguna patología ocular.
"El cristalino, que es la lente intraocular natural de dentro del ojo, es un filtro natural que en menores no se ha desarrollado totalmente. Los ojos de los niños son un 75% más sensibles que los de los adultos, y esa exposición solar excesiva puede producir queratitis, dolor, enrojecimiento y fotofobia; pero también podría ocasionar daños retinianos si tuvieran una exposición excesivamente prolongada", advierte este oftalmólogo.
Aquí recuerda que los menores deben emplear gafas de sol desde recién nacidos si hay exposición al sol; subrayando, eso sí, que en el primer año de vida no es conveniente que a los pequeños les dé el sol directamente en los ojos y en la piel. "A partir de ahí es muy importante que empleen gafas de sol desde pequeños porque el cristalino no está totalmente desarrollado y filtra peor esa luz ultravioleta", remarca este oftalmólogo.
A su vez, este experto de la SEO mantiene que con la exposición solar puede aparecer el ojo seco, una enfermedad muy frecuente por déficit de la película lagrimal en la superficie ocular, y que hay que tratar con lágrimas artificiales.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.