Enfrentarse a un aborto espontáneo es una experiencia devastadora que deja cicatrices profundas. Para muchas parejas, la pérdida de un embarazo tiene una gran carga psicológica. Han perdido a un bebé y, con él, los sueños y esperanzas que habían comenzado a tejer desde el momento en que supieron que estaban esperando un hijo. El aborto espontáneo, a pesar de ser una experiencia relativamente común, sigue siendo un tema rodeado de tabúes.
"La pérdida de un bebé es de las experiencias más dolorosas de la vida. Las mujeres que lo experimentan a menudo tienen un sentimiento de pérdida, acompañado de tristeza. Viven un duelo; no deja de ser un fallecimiento", explica Sonia Lucena, psicóloga y ponente del evento 'Camino al arcoíris', un acto celebrado el pasado domingo y organizado por la periodista Sol Macaluso cuyo objetivo era concienciar sobre la importancia de dar valor a este tipo de experiencias.
Este suceso también suele ir acompañado de un dolor silencioso y a menudo solitario. "Igualmente hay un sentimiento de incomprensión que causa mucho dolor. "A la sociedad le cuesta mucho empatizar porque el bebé no ha llegado a nacer y parece que como no lo vemos, no ha existido. Sin embargo, la mamá lo siente como suyo", expresa.
Al igual que con el fallecimiento de un ser querido o una ruptura, ante la pérdida de un bebé también pasa por las fases del duelo. La negación, la ira y la culpabilización. "En esta se buscan motivos o razones de por qué les ha sucedido eso. Muchas veces no hay un motivo diagnosticado, y esto genera mayor incertidumbre y preocupación".
Además, tienen miedo a no poder volver a quedarse embarazadas y a no superar lo sucedido. "Una mamá cuando se queda embarazada no piensa que vaya a perder a su bebé, sin embargo la que ya ha sufrido una pérdida espontánea si lo va a pensar si se vuelve a quedar embarazada", indica Lucena.
A esta situación se le une el trastorno hormonal que afecta también al área emocional. "Todas estas emociones son una bomba. Nadie te prepara para la pérdida de una bebé, es un tema tabú que debería hacerse visible para que las futuras mamás sepan que pueden pasar ciertas cosas", subraya.
Todos estos sentimientos que trascurren tras perder inesperadamente al hijo que se esperaba se incrementan cuando los abortos son recurrentes. "El primer aborto lo sufren mucho, pero tienen esperanza, pero los que tiene más pérdida suelen sufrir un shock que genera tristeza acumulada, ansiedad o frustración, y se acentúa la sensación de incomprensión", contextualiza la psicóloga.
En cuanto al papel que la pareja tiene durante tras este suceso, la psicóloga explica que: "Un aborto puede generar un impacto menos negativo si ambos abordan esta experiencia juntos. Sin embargo, si no hay comunicación puede traer problemas", comenta. El papel del hombre muchas veces no se tiene en cuenta y únicamente se pone el foco en la mujer. "No se debe ningunear la figura del hombre, él también sufre mucho durante este proceso, y si se apoyan va a ser mucho más fácil".
En cuanto a la familia la psicóloga recomienda validar las emociones, por ejemplo: "Comprendo que tiene que ser muy doloroso". También aconseja mantener una comunicación abierta: "No hacer que sea un tema tabú, preguntar a la pareja cómo lo están llevando y darle apoyo y una escucha activa", sugiere la psicóloga tras la experiencia de numerosos casos en su consulta.
Además, indica que la familia no debe poner tanto el foco en la obtención de otro embrazo sino en ayudarles a superarlo. "Más atención, escucha y apoyo que la esperanza de tener otro hijo. No todas las parejas se plantean volver a intentarlo", manifiesta.
Lucena recomienda acudir a terapia, tanto de forma individual como es pareja, porque "lo más efectivo es comenzar a gestionar el duelo". También buscar grupos de apoyos de personas que hayan pasado por lo mismo. "A veces creen que son los únicos. Las redes sociales nos enseñan partos y embarazos perfectos, pero no todo así". El conjunto de un experto que ayude a gestionar la emociones junto con un apoyo de personas en la misma situación. "Es muy reconfortante y va a ayudar sin duda a superar este duelo".
"Hay que dar su lugar al bebé y no obviar lo que ha sucedido", indica la experta. Para esto algunas parejas optan por ponerle nombre al hijo que ya no está para darle su lugar. "Con la terapia no esperamos que se olvide lo que ha sucedido, una vida no sustituye a otra y la recuperación no va unida de dar a luz a otra vida, sino de superar el duelo".
No recuperarse tiene consecuencias a corto y largo plazo. "Afrontar un nuevo embarazo, en caso de que así se decida, sin haber superado el dolor puede traer consecuencias que afecten al segundo", explica.
"Si una mamá se enfrenta a un nuevo embarazo sin haber superado la pérdida anterior, va a tener muchos miedos y ansiedad, lo cual afecta no solo psicológicamente, sino también físicamente durante el embarazo", acentúa. "Por eso, después de haber vivido una situación traumática siempre invito a acudir a un profesional", concluye.
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