Mejorar las técnicas de conservación de los alimentos es una de las labores de muchos científicos. Y es que Naciones Unidas estima que cada año fallecen unas 420.000 personas en el mundo por ingerir alimentos en mal estado. Actualmente se utilizan diferentes herramientas, y una de ellas es la ionización. Se trata de un proceso por el cual los alimentos se exponen brevemente a una fuente de energía radiante que puede ser de tres tipos: rayos gamma, rayos x o electrones acelerados.
La irradiación solo se puede utilizar para los siguientes fines:
Es España solo están autorizados para el tratamiento con radiaciones ionizantes las hierbas aromáticas, especias y condimentos vegetales (secos). Sin embargo, la Unión Europea permitió a los Estados miembros seguir irradiando otras categorías ya autorizadas anteriormente. Por ello, en la actualidad hay países de la UE que pueden irradiar otros tipos de alimentos como frutas, carnes o moluscos. Por lo tanto, es posible encontrar en el mercado español productos procedentes de otros países comunitarios en donde estén autorizados otras categorías de alimentos siempre y cuando vayan convenientemente etiquetados.
Todos los alimentos irradiados deben etiquetarse, incluso aquellos que contienen sólo una pequeña cantidad de productos irradiados, de manera que figure la mención “irradiado” o “tratado con radiación ionizante” en el envase individual o en un cartel o letrero en el caso de alimentos vendidos a granel. Cuando un producto irradiado se utilice como ingrediente, la misma mención deberá acompañar a su denominación en la lista de ingredientes.
Este proceso no constituye un peligro para la salud porque no convierte a un alimento en “radioactivo”, pero debe llevarse a cabo en instalaciones autorizadas, con unas determinadas fuentes de radiaciones ionizantes y con una dosis total media igual o inferior a 10 KGy. La irradiación de alimentos no se debe usar como sustituto de unas correctas medidas de higiene, según explica la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).
Tanto la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como el Comité Científico de AESAN han emitido informes sobre la irradiación de alimentos en los que se concluye que la irradiación puede ser una herramienta útil para reducir la presencia de patógenos en los alimentos.
La irradiación de productos alimenticios solo podrá autorizarse - conforme a la Directiva 1999/2/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo - en los siguientes casos:
La aplicación comercial de la irradiación está creciendo a nivel mundial, en particular en la región Asia-Pacífico (especialmente en China) y América. No obstante, la tendencia en la UE es la contraria y cada vez se irradian menos productos. En general, la tecnología de irradiación no es bien conocida por el consumidor europeo, que tiene una percepción muy negativa de este tratamiento.
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