Este domingo, 19 de mayo, se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) con el lema 'La EII no tiene edad'. Se realizan actos por todo el mundo para generar conciencia sobre los desafíos a los que se enfrentan los pacientes, como una mayor probabilidad de sufrir depresión.
Además, se pide para invertir en investigación y encontrar así mejores tratamientos e incluso una cura. La EII, que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, es una afección crónica que provoca inflamación en el tracto gastrointestinal.
Sus síntomas, subrayan desde el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico San Carlos en Madrid, pueden ser debilitantes y afectar de manera significativa a la calidad de vida de los pacientes como Laura, con brotes impredecibles que alteran tanto su bienestar físico como emocional.
La inflamación suele durar mucho tiempo antes de remitir, y además reaparece una y otra vez. Estos problemas de salud parecen ser hereditarios, lo que significa que la genética está relacionada.
Un gran número de investigadores, apunta 'Family Doctor', consideran que las enfermedades inflamatorias del intestino son causadas por un problema del sistema inmunológico. Normalmente, éste protege al cuerpo de las infecciones.
En las personas que padecen una EII, el sistema inmunológico confunde los alimentos, las bacterias saludables y otras sustancias con una infección. Esto hace que el sistema inmunológico ataque las células del intestino, lo que provoca la inflamación.
La Unidad de EII funciona activamente en el citado hospital madrileño desde enero de 2000, con el objetivo general de ofrecer una atención continuada, integral y de calidad en el manejo de sus patologías. El centro ha logrado reducir la necesidad de ingreso a sólo dos de cada 100 pacientes.
Existen dos tipos de tratamiento frente a la EII: el que se utiliza con el fin de controlar la clínica en los brotes de actividad, para que desaparezcan los síntomas y evitar complicaciones, y el tratamiento de mantenimiento para dejar la enfermedad inactiva e impedir la reaparición de síntomas.
La elección del tratamiento, indica el Hospital Clínic de Barcelona, depende del tipo de enfermedad, la localización, el grado de la actividad inflamatoria (leve, moderada, grave), la edad, el curso previo de la enfermedad, la respuesta previa a los medicamentos y las necesidades del paciente. Por este motivo, es muy importante que la elección del tratamiento sea personalizada.
Los tratamientos disponibles para la enfermedad inflamatoria intestinal, señala el mencionado centro de la capital catalana, incluyen:
Salicilatos. Son fármacos antiinflamatorios con un mecanismo de acción local sobre el colon. No son inmunosupresores, por lo que no disminuyen las defensas y son muy seguros. Se pueden administrar por vía oral o por vía rectal en forma de supositorio, espuma o enema. Se utilizan como tratamiento de mantenimiento o durante los brotes leves-moderados en la colitis ulcerosa. Para la enfermedad de Crohn no han demostrado ser eficaces.
Corticoides. Son fármacos con efecto antiinflamatorio e inmunosupresor. Se utilizan en brotes moderados y graves de la enfermedad y su uso se limita de manera exclusiva a los brotes de actividad, ya que tienen muchos efectos secundarios si se utilizan durante largos periodos. Por este motivo, no se deben tomar nunca para el mantenimiento de la remisión.
Inmunosupresores. Son fármacos que modulan la respuesta exagerada del sistema inmunitario y disminuyen la inflamación. Se utilizan en aquellos pacientes que no responden a los corticoides o en aquellos que dependen de estos de forma continuada. Son eficaces para mantener la enfermedad inactiva sin necesidad de tomar corticoides.
Terapia biológica. El mejor conocimiento de la EII ha contribuido al desarrollo de nuevos tratamientos, que actúan sobre diferentes factores inmunológicos e inflamatorios implicados en la regulación y mantenimiento de la enfermedad.
Se utiliza cuando han fracasado los tratamientos convencionales, como corticoides e inmunosupresores, aunque en determinadas circunstancias (casos de enfermedades graves ya en el diagnóstico) se pueden utilizar como tratamiento de primera línea.
Ensayos clínicos. Son estudios de investigación médica en los que se evalúan fármacos en desarrollo con mecanismos de acción diferentes de los ya aprobados por las agencias reguladoras. Resultan necesarios para obtener nuevas opciones terapéuticas y avanzar en el conocimiento de nuevas terapias farmacológicas.
Cirugía. La cirugía está indicada cuando fracasa el tratamiento médico. Suele realizarse por laparoscopia, una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, que permite una rápida recuperación con un menor riesgo de complicaciones.
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