Dolores en el pecho, arritmias, mareos o desmayos, son algunas de las consecuencia de la hipertensión pulmonar, una enfermedad progresiva, e incurable.
Afecta a más de 25 millones de personas en todo el mundo. Hoy, es el Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar de esta patología que a tiempo, se puede tratar como explica Julia Pulido.
Alejandra es una paciente que con 47 años apenas podía moverse. "Andar dos pasos y era tremendo, o sea, no podía respirar. Simplemente llevar a la niña al colegio era un trauma. Nada, no podía hacer nada", cuenta ella misma a las cámaras de 'Informativos Telecinco'. La hipertensión pulmonar "se define hemodinámicamente por una elevación de la presión de la arteria pulmonar", explica el cardiólogo Alejandro Cruz.
En algunos casos la enfermedad se trata con fármacos, pero en casos como el de Alejandra es necesario una intervención quirúrgica.
La jefa de sección de cirugía cardíaca del hospital madrileño 12 de octubre ha explicado en qué consiste la operación quirúrgica a la que se someten estos pacientes con tal grado de hipertensión pulmonar: "La cirugía consiste en quitar ese material que obstruye el árbol pulmonar. Es una cirugía compleja porque para eso hay que parar la circulación en el árbol pulmonar durante unos minutos y quitar ese material que obstruye".
La técnica se realiza a corazón abierto y el Hospital 12 de octubre es referencia en ella. La propia Alejandra ha querido mostrar lo bien que se sintió en cuanto salió de quirófano: "Una vez que me operan y me suben a planta ahí es cuando yo me doy cuenta y empiezo a moverme un poco. O sea que puedo andar por el pasillo y dar esos paseos que antes no podía dar y yo podía respirar".
Esta operación quirúrgica es una cirugía que dura cinco horas pero que cambia toda una vida tal y como asegura Alejandra: "He vuelto a nacer".
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