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Algunas secuelas del cáncer suelen perdurar cuando se cura la enfermedad, por ejemplo, la fatiga, el dolor y la limitación de la movilidad.
Aparecen en el 90% de los casos, dato ofrecido en la Jornada Internacional del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana sobre Fisioterapia Oncológica, por eso someterse a fisioterapia oncológica es recomendable cuando se supera un cáncer, según cuenta David Jiménez en el vídeo.
Cuando Patricia habla del cáncer, destaca el valor de vencer en la batalla. “Realmente te planteas quién eres, qué es lo que quieres”, relata. “Sales fortalecida, sales con más fuerza”
Tras pasar por dos intervenciones y una larga quimio ha superado la enfermedad, pero sigue tratando las secuelas a través de manos expertas.
En Patricia se centran en una cicatriz enorme que tiene que ver con la reconstrucción de su mama que restringía el movimiento de sus brazos.
“Retomas aficiones que te llenan de vida y las disfrutas más que nunca”, cuenta Patricia. Vuelve a hacer espeleología y entrena como preseleccionada para el Reto Pelayo Vida, que permite a mujeres supervivientes de cáncer demostrar su valor en grandes desafíos.
La secuela de Pilar se denomina linfedema. Una inflamación por exceso de líquido en los tejidos. “Tienes que saber que tienes q convivir con ello”, explica. Es muy incapacitante para el paciente, en su caso es porque está operada de cáncer de mama. La terapia impide que avance la inflamación.
La fisioterapia oncológica, aún poco presente en la sanidad pública trata toda clase de secuelas para que paciente como Pilar y Patricia recuperen lo que el cáncer trató de robarles.
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