Apendicitis: qué es, cuáles son sus síntomas y cómo se puede detectar en los niños
La apendicitis es más frecuente entre los 10 y los 30 años y su tratamiento consiste en antibióticos y cirugía
La detección rápida es clave para que el apéndice no se perfore, como ocurre al 90% de los menores de dos años
Una niña espera seis horas una ecografía en las urgencias de León para confirmar una apendicitis
La apendicitis es una inflamación del conocido como apéndice, una bolsa en forma de dedo que sobresale del colon en la zona inferior derecha del vientre, según informa la Clínica Mayo. Por ello, causa dolor en la parte inferior derecha del abdomen.
En la mayoría de las personas, dichas molestias se inician alrededor del ombligo y luego se desplazan. A medida que empeora la inflamación suele aumentar el dolor de la apendicitis y, con el tiempo, se agrava.
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A pesar de que cualquier persona puede padecer apendicitis, lo más frecuente es que se produzca en personas de entre 10 y 30 años. El tratamiento de la apendicitis suele consistir en antibióticos y cirugía para extirpar el apéndice.
Síntomas de la apendicitis
Los síntomas de la apendicitis, que detalla la Clínica Mayo, pueden incluir:
- Dolor repentino que comienza en el lado derecho en la parte inferior del abdomen.
- Dolor repentino que empieza alrededor del ombligo y a menudo se desplaza a la parte inferior derecha del abdomen.
- Dolor que empeora al toser, caminar o realizar otros movimientos bruscos.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida de apetito.
- Fiebre baja que puede repuntar a medida que empeora la enfermedad.
- Estreñimiento o diarrea.
- Hinchazón abdominal.
- Gases.
El lugar del dolor puede variar en función de la edad y la posición del apéndice. Durante el embarazo, como el apéndice se encuentra más alto, puede parecer que el dolor procede de la parte superior del abdomen.
La detección en menores
Cabe destacar que un fortísimo dolor abdominal requiere atención médica inmediata puesto que, en caso contrario, el apéndice puede romperse y abrirse.
De hecho, el pronóstico de la enfermedad se agrava cuando el apéndice se ha perforado, algo que sucede en el 65% de los casos de niños de menos de cinco años y en el 90% de los menores de dos años. De ahí, la importancia de un rápido diagnóstico.
Los pequeños, apunta 20minutos, se encuentran muy irritables y agitados desde que se presentan los primeros síntomas. A continuación, cuando la infección avanza, suelen estar más decaídos.
El citado medio añade que si el dolor se lo provoca una apendicitis, el niño intentará no moverse ni ponerse de pie debido a las molestias.
Diagnóstico y tratamiento
Estas son las pruebas empleadas para diagnosticar la apendicitis que recoge la Clínica Mayo:
- Examen físico. Un miembro del equipo médico puede aplicar una suave presión sobre la zona dolorida. Cuando la presión se libera repentinamente, el dolor de apendicitis empeora. Esto se debe a la inflamación del revestimiento de la cavidad abdominal, llamado peritoneo. Además, el sanitario también puede llevar a cabo un examen digital del recto. Las personas en edad fértil pueden someterse a un examen pélvico para detectar otros problemas que pudieran estar causando el dolor.
- Análisis de sangre. Un recuento elevado de glóbulos blancos puede indicar una infección.
- Análisis de orina. Garantiza que el dolor no se debe a una infección de las vías urinarias o a un cálculo renal.
- Estudios por imágenes. Estas pruebas pueden incluir una radiografía abdominal, una ecografía abdominal, una tomografía computarizada o una resonancia magnética.
El tratamiento de la apendicitis, como indicábamos anteriormente, suele consistir en una intervención quirúrgica para extirpar el apéndice. Antes de la operación, denominada apendicectomía, es posible que el doctor recete antibióticos para tratar la infección.
La apendicectomía puede realizarse como cirugía abierta mediante un corte abdominal de entre 5 y 10 centímetros de longitud. Esto se conoce como laparotomía. La cirugía también puede realizarse a través de unos pequeños cortes abdominales. Eso se conoce como cirugía laparoscópica.
En general, la cirugía laparoscópica permite tener una recuperación más rápida y una fase de curación con menos dolor y cicatrices. Puede ser mejor para los adultos mayores y las personas con obesidad, pero no es el más adecuado para todos los casos.
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