La reina Letizia ha vuelto a sufrir una recaída en su neuroma de Morton, la afección dolorosa que afecta al metatarso que le fue diagnosticada en junio de 2022, si bien fue en octubre de ese año cuando se conoció públicamente, adquiriendo una gran difusión y repercusión.
Desde aquel momento, el estilismo de la reina, siempre sometido a escrutinio y siempre objeto de múltiples titulares, se centró especialmente en su calzado, observándose en esos meses la utilización de mocasines y zapatos planos frente a sus clásicos zapatos de tacón alto.
Concretamente, el neuroma de Morton le fue detectado en el pie izquierdo, una dolencia consistente en un engrosamiento del tejido de los nervios del pie que puede llegar a provocar crisis muy dolorosas, y que se suma además a la metatarsalgia crónica que también sufre.
Comúnmente, el neuroma de Morton, --que suele afectar mucho más a las mujeres que a los hombres, entre otras causas por el uso de zapatos de tacón y más estrechos--, suele darse entre el tercer y cuarto dedo del pie, y quienes lo padecen describen que se puede sentir como si estuvieras parado sobre una piedra en tu zapato o un pliegue del calcetín.
A ello, además, se puede sumar un dolor agudo, ardor o picazón en el pie, así como entumecimiento en los dedos afectados; unas sensaciones que ahora la reina estaría experimentando otra vez.
Ahora, casi dos años después de ser diagnosticada, --un año y diez meses después de aquel junio de 2022, concretamente--, la reina vuelve a lidiar con otro episodio derivado del neuroma.
Condicionando su bienestar más allá de su calzado y su estilismo, con esta afección algunos de sus compromisos, como los largos besamanos o distintos actos protocolarios que requieren permanecer mucho tiempo de pie, se presentan como ocasiones que no juegan a favor del tratamiento de la dolencia.
Concretamente, además de estar recomendado usar calzado amplio y con menos tacón, en la fase más conservadora, además de reducir los tiempos en los que se permanece de pie, el hielo y la pomada anti-inflamatoria en los dedos afectados pueden ser aliados para aliviar el dolor.
Además, también se contempla dentro del tratamiento el uso de plantillas personalizadas y diseñadas por un podólogo, así como beneficia la fisioterapia.
Más allá, como última instancia, se valoran en algunos casos las infiltraciones e incluso la cirugía, si bien siempre se pretenden previamente técnicas menos invasivas.
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