Un mayor índice de masa corporal (IMC) y niveles elevados de actividad física pueden contribuir a superar los déficits de función pulmonar en la primera infancia (entre niños de 4 a 7 años), según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Los investigadores midieron la función pulmonar mediante espirometrías, una técnica que evalúa la función pulmonar a través de la cantidad de aire exhalado.
De esta manera midieron el volumen de aire exhalado en el primer segundo durante la espiración forzada tras una inhalación profunda (FEV1) y la cantidad máxima de aire que una persona puede exhalar tras una inhalación profunda sin límite de tiempo (CVF).
La primera sirve para establecer el grado de apertura de las vías respiratorias y la segunda para dar una idea del tamaño de los pulmones. A partir de este procedimiento, se identificaron cuatro trayectorias de crecimiento de la función pulmonar: baja, normal, alta y "de recuperación", según el estudio publicado en la revista 'Thorax', que analizó datos de un total de 1.151 niños y adolescentes de entre 4 y 18 años..
Este último grupo empezó con valores de función pulmonar inferiores a la trayectoria baja y mostró un crecimiento entre los 4 y los 10 años, alcanzando valores de función pulmonar normales.
"El hallazgo clave de nuestro estudio es que la función pulmonar baja en la infancia temprana no se traduce automáticamente en una función pulmonar deficiente en la edad adulta temprana, sino que el crecimiento acelerado puede recuperar los déficits de función pulmonar en la infancia y dar lugar a valores normales", afirma la investigadora del ISGlobal Sarah Koch.
Además, la investigación señala que los niños y niñas con menos enfermedades alérgicas tienen más probabilidades de tener trayectorias normales o altas de FEV1.
"Esto apoya la evidencia previa sobre cómo las condiciones alérgicas de los niños afectan al crecimiento de la función pulmonar", apunta en este sentido la investigadora Judith Carcua-Aymerich.
Según ISGlobal, el deterioro temprano o acelerado de la función pulmonar es un factor de riesgo de enfermedad crónica, por lo que conocer los elementos que predicen su crecimiento durante la infancia y adolescencia es relevante para comprender los efectos en edades adultas tardías.
Por este motivo, los resultados de este estudio son importantes para la práctica clínica y las políticas de salud pública.
"Tanto la gestión clínica como las políticas de salud pública deberían apoyar y promover una dieta saludable y altos niveles de actividad física en niños y niñas con valores iniciales bajos de función pulmonar, condiciones ambientales subóptimas o alergias", señala Koch.
Según la investigadora, esto puede mejorar la salud respiratoria, tanto en la infancia como en la edad adulta.
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