Muere la influencer rusa Inessa Polenk intentando hacer un selfie en un acantilado de Estados Unidos

Un selfie inoportuno fue la fotografía que le costó la vida a la influencer Inessa Polenko. La mujer rusa, de 39 años de edad, trató de realizar la foto en un acantilado de Gragy (Georgia). Según diversos medios estadounidenses, Inessa saltó una valla de seguridad que advertía de la alta peligrosidad de la zona en la que la influencer trataba de hacerse la foto. Polenko no murió en el acto, sino que las lesiones producidas por el fuerte impacto de la caída provocaron que la creadora de contenido falleciera horas después en el Hospital.

La muerte de Inessa ha sido un suceso trágico que hoy protagoniza titulares por todo el mundo y ha dejado de piedra a los más de 10.000 seguidores que atesoraba en el momento de su muerte. El contenido de Polenko se centraba en la estética, la belleza y su estilo de vida. Además, compartía también imágenes, vídeos y recomendaciones de los viajes que realizaba alrededor del mundo.

La muerte de Inessa no es el primer accidente de este tipo desde que las redes sociales inundan nuestra vida y la ficción parece ser más importante que la realidad.

Influencers de todo el mundo tratan de conseguir la foto más difícil y en ocasiones todo termina de la forma más trágica.

Las autoridades de diferentes países ya han tenido que tomar cartas en el asunto dado que el número de muertes por esta causa sigue creciendo. Las declaradas "zonas prohibidas para selfies" han sido inauguradas en Estados Unidos por la Biblioteca Nacional de Medicina con el propósito de evitar estas tragedias.

Incluso en España se prohibió hace escasos días un selfie cerca de la Sagrada Familia (Barcelona) desde unas escaleras mecánicas que era viral entre los turistas y resultaba peligroso.

El pasado diciembre, también falleció una mujer al tratar de hacerse una autofoto en el Cañón de Atuel (San Francisco). Antes que ella, la influencer china Sofía Cheung también murió al tratar de fotografiarse al borde de una cascada.

Otro tipo de peligro, pero también mortal, terminaba con la vida de un hombre devorado por un león al intentar hacerse un selfie junto a la jaula del animal en un Zoo, después de que la víctima cometiera la impudencia de saltar la valla de seguridad para estar más cerca del león y captar así el temerario momento.

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