Según datos oficiales, en la actualidad hay al menos un 20% de mujeres de entre 30 y 40 años que padecen alopecia androgénica. Esta es la causa más frecuente de caída del cabello en el sector femenino y se origina por causas hormonales o hereditarias.
A causa de este y tantas otras características, en 2023 se alcanzó el millón de trasplantes capilares en todo el mundo. Ejemplo de ello es Yanira y Malu, dos jóvenes de la isla de Gran Canaria que decidieron poner fin a sus complejos yendo a Turquía a realizarse un trasplante capilar.
Pero ¿por qué la mayoría no lo cuenta? “Son recelosas de su intimidad. Se lo hacen, pero no lo visibilizan”, dice Rayco Marrero, organizador de este tipo de intervenciones con conexión España – Turquía. “Normalmente, suelen hacérselo con la técnica DHI y eso les permite no tener que raparse”.
Y es que también existe esa otra posibilidad llamada FUE Zafiro, que consiste en realizar un rapado e injertar el mayor número de folículos posible, hecho que permite hacer un trabajo más cómodo a los profesionales sanitarios y unos lavados postoperatorios más sencillos también al paciente. “Malu y Yanira no son conscientes del gesto tan solidario a nivel social que va a conllevar este cambio”, asegura en el vídeo que puedes ver al principio de esta noticia con sus declaraciones exclusivas.
Malu es del municipio de Telde, al este de Gran Canaria, y según su propio testimonio lleva una década intentando acabar con eso que tanto complejo le generaba. Desde los veinte años sufría una alopecia androgénica que le llevó a vivir el día a día siempre con un moño intentando ocultar las clareas que convertían sus vivencias en momentos grises: “Hacerme un trasplante capilar es lo mejor que he hecho en la vida”, asegura ahora.
A su temido complejo se le sumaba que ninguna clínica a nivel insular se atrevía a llevar a cabo un injerto capilar porque su zona donante era ‘pobre’ y creían que el número de folículos trasplantados no serían suficientes. Entonces, dio con una empresa que los realiza en Turquía y la historia cambió, tal y como puedes ver en el vídeo que abre el reportaje.
“Ver las redes sociales y a las mujeres presumiendo de una vida perfecta incrementó mis complejos. Por ejemplo, no quería ir a la playa y mojarme el pelo porque se me notaba más o, incluso, no me duchaba antes de que viniera visita a casa para disimular lo que sufría. Lo he pasado realmente mal porque era consciente de las miradas de las personas de mi alrededor”. Además, lamenta: “un hombre es calvo y se normaliza, pero que una mujer lo sea todavía nos parece motivo de darnos la vuelta y mirar”.
Después de hacerse el injerto capilar, Malu es muy clara: “Esta sonrisa que luzco ahora antes no la tenía, así que, si tú también tienes un complejo por alopecia, no lo dudes y hazlo”.