Las personas jóvenes no se escapan de los infartos, y de hecho han aumentado: todo lo que debes saber
Cada vez son más frecuentes los infartos en las personas jóvenes
El sedentarismo y los malos hábitos aumentan el riesgo de infarto
El estilo de vida cardiosaludable, la dieta mediterránea, y el ejercicio físico son primordiales a la hora de prevenir un infarto
Cada vez son más frecuentes los infartos en las personas jóvenes. Fundamentalmente el estilo de vida es el responsable (sedentarismo y malos hábitos), aunque en algunos casos la genética también está detrás. Y es que desde que somos muy pequeños se produce el acúmulo de grasas y de colesterol, así como de otras sustancias dañinas en nuestras arterias, lo que se conoce como ‘aterosclerosis’.
Entrevistamos en Infosalus al doctor Alfonso Valle Muñoz, cardiólogo en el Hospital La Salud de Valencia, quien nos explica que un infarto tiene lugar porque se produce un “stop o parada brusca del riego sanguíneo que va al corazón, porque se bloquea una de las arterias que le lleva la sangre; de manera que al músculo del corazón no le llega sangre”. De hecho, alerta este experto que, cada media hora que no le llega sangre al corazón muere un 7% de su músculo, con las complicaciones que esto puede conllevar.
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Así, recuerda que los infartos son más habituales a partir de los 45-50 años en los hombres; mientras que en las mujeres a partir de la menopausia, a partir de los 50-55 años, donde se equipara su incidencia a la de los hombres.
Han aumentado los infartos entre los más jovenes
Con ello, le preguntamos al doctor si las personas jóvenes no están exentas de infartos, a lo que nos responde que, aunque no lo creamos, ha habido un aumento de los infartos en las personas más jóvenes en los últimos años: “Es poco frecuente que una persona de 20 años padezca un infarto, pero sobre todo a partir de los 30 sí se ven infartos, y la incidencia en nuestro país está aumentado, así como en otros lugares del mundo”.
¿Esto a qué puede ser debido? Pone el doctor Valle el ejemplo de Estados Unidos, donde el año pasado sus estadísticas de esperanza de vida mostraron que ésta había bajado por el mayor acúmulo de jóvenes que habían padecido un infarto y había fallecido. “Un tercio de estos muere”, precisa.
Principales causas
Es más, sostiene este experto del Hospital La Salud que “la mayor parte de infartos se podrían prevenir” si se mantienen unos hábitos de vida saludables. Recuerda aquí, además, que desde la Fundación Española del Corazón (FEC) se estima que “uno de cada tres españoles”, al menos, tiene dos factores de riesgo (colesterol, diabetes, hipertensión, fumador, entre otros).
"El estilo de vida cardiosaludable, la dieta mediterránea, y el ejercicio físico son primordiales a la hora de prevenir uno de estos episodios. Muchas veces no se hace lo que se tiene que hacer y esto es una inversión en el medio-largo plazo. Entonces, si no empiezo desde joven a hacer bien las cosas, las consecuencias vienen de forma más precoz”, advierte este cardiólogo.
En su opinión, otro punto clave por el que previsiblemente han aumentado las cifras de infartos entre jóvenes es que el sistema sanitario estuvo “quebrado” durante la pandemia de COVID-19, de manera que ha fallado el control de esos factores de riesgo antes citados: “Ese paciente con colesterol que no se ha hecho analítica en año y medio, o ese descontrol que ha habido en la prevención no se paga en el 2020 o 2021, sino más adelante, y es por ello por lo que en estos años estamos viendo una mayor mortalidad de infartos en personas jóvenes”.
Ahora bien, según resalta la FEC, tras un infarto se da una mayor supervivencia en los jóvenes, y el pronóstico de aquellos que ingresan con infarto mantiene una baja tasa de mortalidad tanto intrahospitalaria (1,2%), como en el seguimiento (2%); a la vez que en los mayores de 45 años estas cifras suelen ser más elevadas, del 6,9% intrahospitalario, tal y como calcula.
¿Los síntomas difieren de los de adultos?
Por otro lado, le cuestionamos al doctor Valle sobre si los síntomas de infarto en las personas jóvenes difieren de los de los adultos, a lo que el especialista señala que, en general, estos fenómenos se identifican de forma similar, sea la edad que sea: “Los síntomas de infarto son un dolor opresivo en el centro del pecho, que a veces se va hacia el cuello o el hombro, brusco, y con intensidad alta. En los más jóvenes, además, los síntomas son casi más intensos, más abruptos, que en los pacientes de más edad”.
En el caso de las mujeres detalla que está más que demostrado que en éstas se atienden peor los infartos y se mueren más que los hombres. “Normalmente, la mujer la sintomatología la aguanta mejor que los hombres, y esto hace que vayan con retraso al hospital, un punto clave porque cuanto más tardemos en solicitar tratamiento, las cosas irán a peor”, lamenta el cardiólogo de La Salud.
Por otra parte, dice que las mujeres tienen más síntomas larvados que los hombres, lo que a su vez favorece el que el profesional sanitario no piense en el infarto en primera instancia, cuando, de nuevo, recuerda que el tiempo juega un papel clave: “En la mujer el dolor no es tan típico, sino que es más larvado, lo cuentan peor. A veces es más un cuadro de fatiga que de dolor torácico, y por otra parte puede darse una menor intensidad en los síntomas. También, las mujeres aguantan mejor el dolor que los varones”.
El deporte es un factor protector
En este contexto el especialista recuerda que el deporte representa un factor protector a la hora de prevenir los infartos. “Es la mejor medicina o pastilla que podemos tener para tener controlados los factores de riesgo y evitar este tipo de situaciones”, valora el doctor Valle.
Con ello, resalta que si hago ejercicio y me noto fatiga o dolor en el pecho hay que parar la actividad física, y valorar lo que hay que hacer. “En deportes de intensidad alta o de una carga alta, como los ultra maratones por ejemplo que ahora están de moda, en un paciente de mediana edad sin hábito deportivo previo, hay que valorar cómo está el corazón antes de estas experiencias extremas”, recuerda.
Para ello, dice que en otros países está más regulado lo que se llama el ‘screening participativo’, que en torno a los 35-40 años se realice una prueba de esfuerzo para testear el estado de salud de los deportistas. “Esto no es la píldora de la inmortalidad, pero sí una manera sencilla de valorar cómo están las arterias del corazón a una edad en la que se pueden tener problemas”, zanja.
Finalmente, reconoce este doctor que son muchos los pacientes que le preguntan si la vacunación frente a la COVID-19 es la responsable de los eventos cardiovasculares como los infartos, a lo que este cardiólogo destaca que no, “que la vacunación frente a la COVID-19 no se asocia con más infartos”. Eso sí, aclara que esta infección, al inicio de la pandemia, cuando era más grave, sí generaba trombos, que podían dar lugar a infartos.
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