Médicos de familia han aplaudido la decisión de la Conselleria valenciana de Sanidad de implantar el uso obligatorio de mascarilla en los centros sanitarios ante el aumento de infecciones respiratorias, pero han apuntado que esta medida debería haberse adoptado antes ya que en Navidad es una época en la que de forma crónica la atención primaria se "satura" por la coincidencia del repunte de los virus respiratorios con plantillas mermadas por vacaciones.
La Conselleria de Sanidad ha remitido este viernes a los departamentos de salud de la Comunitat Valenciana una instrucción de la Dirección General de Salud Pública que establece la obligatoriedad del uso de mascarillas en los centros sanitarios y sociosanitarios como medida preventiva ante el repunte de infecciones por virus respiratorios con una incidencia que se sitúa ya en 1.501 casos por 100.000 habitantes en la semana epidemiológica 52.
Al respecto, el portavoz de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar, Víctor Espuig, ha señalado que se ha confiado en "la responsabilidad individual de los pacientes" antes de aplicar esta medida, algo "acertado", pero ha lamentado que "no ha ocurrido así porque muchos pacientes con síntomas acudían a los centros de salud sin mascarilla".
Por ello, aunque ha destacado que la Comunitat Valenciana ha sido la primera en decretar esta medida -que es también recomendable en sitios concurridos para evitar el contagio propio y de los demás-, considera que "igual se ha retrasado una semana".
En ese sentido, ha constatado que esta semana ha sido "la más dura" ya que estamos en el máximo de contagios de las últimas semanas y con una plantilla mermada al 60% por vacaciones y días libres. De este modo, hay que "atender dos o tres veces más de patología no demorables sin cita que se debe repartir entre menos médicos" y advierte que la atención primaria es "la columna vertebral" de todo el sistema sanitario.
Espuig apunta que la programación de consultas, con más refuerzos, "falla todos los años" y además los médicos de familia deben realizar trabajo burocrático, por lo que reclama un nuevo modelo de autojustificación de bajas laborales.
Además, recalca la importancia de una buena educación sanitaria a la población para que acudan a los centros solo cuando se precise atención médica como es el caso siempre de las personas de riesgo (mayores, embarazadas, inmunodeprimidos o con patologías crónicas) o se presenta una evolución desfavorable, no se pueda respirar y no baje la fiebre alta en cuatro o cinco días. Para el resto, recuerda que estas infecciones tienen una tendencia hacia la curación espontánea, hay que guardar reposo y vacunarse.
Del mismo modo, el secretario general del sindicato médico CESM en la Comunitat Valenciana, Víctor Pedrera, ha coincidido en que la obligatoriedad de la mascarilla es "una de las medidas necesarias pero que se tenían que haber implantado antes" porque este incremento de enfermedades infecciosas en esta época "no era una situación imprevisible". "Todos los años Navidad es 25 y Nochevieja el 31, es previsible", ha resaltado.
De este modo, ha apuntado que el repunte coincide además siempre con que los centros de salud están más días cerrados por los festivos, con plantillas mermadas por vacaciones, y además con una tasa de vacunación "ridícula". El resultado es una atención primaria "saturada" con entre 50 y 60 visitas al día por médico de familia cuando lo habitual son 35 citas de media. "Hay pueblos de la Vega Baja de 15.000 personas que en urgencias de centros de salud se están viendo hasta 300 urgencias diarias", ha señalado.
Pedrera señala que la saturación es "más visible" en las urgencias hospitalarias pero advierte de que es "más grave" en atención primaria porque "una vez se desborda todo va detrás". Con todo, señala que pese a que el sistema está "muy tensionado, la capacidad de absorción de la demanda para que no colapse es increíble a expensas de los trabajadores".
En ese sentido, apunta que el pico siempre se alcanza entre la segunda quincena de enero y la primera de febrero cuando comienzan a dar síntomas los contagios de Nochevieja y la vuelta al colegio. Por ello, insiste en la responsabilidad de la población, al vacunarse y guardar las medidas de protección, porque "se ha perdido el miedo al contagio y se actúa con mucha frivolidad".
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