Uvas, caramelos o bolas de bingo: alimentos y objetos que suponen un peligro para los niños en Navidad
El diámetro de una tráquea infantil es similar al de su meñique, por lo que el riesgo de atragantamiento es menor
La mitad de estos accidentes ocurren en presencia de personas adultas
Atragantamiento en niños: ¿cómo debemos actuar ante esta peligrosa situación?
Ante la llegada de las cenas y comidas navideñas, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) advierten de que alimentos como las uvas, los frutos secos y los caramelos son un peligro para los niños ya que pueden atragantarse y asfixiarse fácilmente. "Los frutos secos deberían llevar la misma advertencia que los medicamentos: tienen que mantenerse fuera del alcance de los niños, sobre todo las pipas, los cacahuetes y los anacardos", recomienda el cirujano pediátrico del Hospital Universitario La Paz, el doctor Carlos de la Torre.
Según explica el especialista, otra escena que se repite en estas fiestas en Urgencias Pediátricas es el atragantamiento de algún niño por uvas en Nochevieja. En 2019 falleció un menor por este motivo y en 2022 hubo otro caso que terminó también de manera funesta. En este sentido, la piel de la uva facilita que ésta resbale por la faringe, llegando hasta la entrada de la tráquea, donde puede quedarse adherida.
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La mitad de los atragantamientos, en presencia de adultos
A veces, por imitación, los niños cogen uvas enteras y las toman sin que nadie se percate, hasta que empiezan a toser. La estadística demuestra que la mitad de este tipo de accidentes suceden en presencia de los adultos por lo que conviene, como explica el especialista, además de vigilar, quitar la piel y las pepitas de las uvas, y cortarlas en mitades o cuartos, según la edad del niño.
"Para hacernos una idea, el diámetro de una tráquea infantil es similar al de su meñique, por lo que deberemos siempre darle trozos más pequeños", recomienda. Otras opciones seguras son: los gusanitos de sémola de maíz o las pasas. "Evitaremos siempre las peladillas o los típicos chocolatitos de colores en forma de botón", añade.
Por todo ello, la AEP sugiere tener especial cuidado también y sobre todo en esto días festivos, con los globos, los caramelos duros de las cabalgatas, las pulseras de cuentas, las alubias (que se hinchan con la humedad de la saliva o de la tráquea), las piezas de juguetes muy pequeños, las decoraciones que tienen piezas diminutas, las pilas de botón (que además provocan quemaduras graves en el esófago), o las bolas de los bingos navideños con los que jugamos en casa con la familia.
Cómo actuar ante un atragantamiento
En caso de que a pesar de haber tomado las medidas preventivas se produzca un atragantamiento que está evitando el paso del aire a los pulmones, los pediatras explican que el primer paso es llamar a emergencias 112 y mantener la calma, no tocar ni zarandear al niño pero animarle a toser.
Si la tos no es efectiva para expulsar el elemento succionado y, al abrirle la boca, se ve que es viable extraerlo con las manos, los expertos recomiendan hacerlo. Si no se ve claro que se puede sacar sin empujarlo hacia adentro, o el niño es menor de un año, mejor no intentarlo.
Después, se debe echar al niño hacia adelante y darle cinco golpes secos en la espalda (entre los omoplatos). Si nada de esto funciona, se intentarará practicarle las maniobras de Heimlich, siempre que el niño sea mayor de un año. Para ello se debe abrazar al niño por detrás, desde su altura (o le subimos a una silla o nos ponemos de rodillas); cerrar la mano formando un puño y colocarlo, con el pulgar hacia el estómago del niño, entre su ombligo y la punta inferior del esternón; y agarrar el puño con la otra mano y comprimir rápidamente hacia adentro y hacia arriba, para lograr que el objeto salga expulsado. Se debe repetir este proceso tantas veces como sea necesario
Para los especialistas en pediatría, como para toda la sociedad, estas medidas son vitales. "Si esta pequeña guía sirve para salvar la vida de un solo niño, ya habrá valido la pena", apuntan.
Comité de Soporte Vital de la AEP
Ante el aumento de ahogamientos, la AEP quiere concienciar de que muchos de estos eventos pueden prevenirse si la ciudadanía estuviera preparada para reconocer las situaciones de riesgo y actuar en consecuencia. Por ello, ha creado un nuevo Comité de Soporte Vital (CSV), formado por un equipo multidisciplinar en el que trabajarán coordinadamente pediatras expertos en urgencias, endocrinología, neurología, neonatología, traumatología, cirugía, atención primaria y reanimación cardiopulmonar, entre otros, para elaborar guías y protocolos de actuación dirigidos tanto a familias como a profesionales.
"En consulta recibimos infinidad de preguntas sobre primeros auxilios. Muchos incluso deciden buscar por su cuenta información por internet y eso a veces es peor, porque los consejos pueden venir de fuentes poco fiables", lamenta apunta el coordinador del CSV, el doctor Ignacio Manrique. El experto afirma que el comité nace con la firme voluntad de lograr que los primeros auxilios lleguen a la ciudadanía de forma didáctica y fácilmente entendible.
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