El compromiso de la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, de ‘desempolvar’ la ley antitabaco en la que se incluiría la prohibición de fumar en las terrazas ha levantado una gran polémica, pero qué ¿dicen los neumólogos al respecto?
Desde que saliese la noticia han sido muchas las voces que se han manifestado en contra o a favor de la medida, entre los más críticos se encuentran José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid, quien llegó a hacer una extraña relación entre la prohibición del tabaco y los adictos al fentanilo, aseguró que la prohibición de fumar en las terrazas sería un desastre económico para los bares y restaurantes, y pedía informes de expertos.
El pasado mes de septiembre la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y la Sociedad Valenciana de Neumología emitieron un comunicado conjunto donde pedían a las Administraciones públicas que se prohibiese fumar en las terrazas para proteger a no fumadores y a los trabajadores y ayudar asimismo a reducir el tabaquismo en España al no normalizar este consumo.
Los expertos aseguran que el consumo de tabaco y vapeadores en terrazas produce "un aumento significativo" de la contaminación del aire ambiental en estos espacios por los tóxicos del tabaco o del vapeo.
De hecho, señalan que las terrazas representan uno de los lugares más utilizados para fumar y vapear y según estudios publicados, por cada persona que fuma o vapea aumenta la concentración de tóxicos en estos entornos un 30%.
Por lo tanto, los usuarios de las terrazas se encuentran expuestos a concentraciones significativas de gases y partículas dañinas que provienen de la exhalación del fumador o vapeador, de la combustión de los cigarrillos, de las colillas, de la mezcla de estos tóxicos con gases de la atmósfera o de agentes químicos que se adhieren a la ropa u otras superficies de las instalaciones de las terrazas.
Además, recalcan que existe evidencia científica sólida de la exposición pasiva al humo del tabaco y la mayor frecuencia de enfermedades cardiovasculares, respiratorias o trastornos fetales "no existiendo un umbral de concentraciones de tóxicos del tabaco y vapeo en estos entornos". Esta exposición, advierten, afecta especialmente a la población más vulnerable: niños, mujeres embarazadas, trabajadores de la hostelería o personas con enfermedades crónicas preexistentes.
Asimismo, subrayan que fumar y vapear en terrazas supone "una forma de normalización de su consumo, favorece que los adolescentes se inicien en el tabaco y dificulta el abandono por parte de aquella población adicta al tabaco", lo que hace "muy difícil reducir la prevalencia del tabaquismo en España".
Por todo ello, instan a las Administraciones Públicas a declarar las terrazas como entornos libres de humo debido a la necesidad de proteger a los no fumadores de los agentes tóxicos de la tabaco y dispositivos electrónicos de nicotina y a los empleados de la hostelería de las consecuencias de la exposición mantenida al humo del tabaco y dispositivos electrónicos.
Además, señala que esta medida sirve para promover los intentos de abandono en los fumadores, aumentando sus posibilidades de abandonar el tabaco, a la vez que se desnormalizan las conductas asociadas al tabaquismo y vapeo.
Meses antes de que finalmente el 2 de enero de 2011 entrase en vigor la prohibición de fumar en todos los espacios públicos cerrados, incluyendo los locales de hostelería, fueron numerosas las voces críticas que auguraban en fin de los bares en España y la ruina de un sector que con el tiempo se comprobó seguía su senda.
No tuvieron que pasar muchos meses después para que la mayoría de la población, fumadora o no, comprobasen los beneficios de la medida en la salud de todos, especialmente de los trabajadores.
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