El lipedema, la enfermedad que sufría Itziar Castro , recién fallecida, afecta a entre un 12% y un 20% de la población femenina de todo el mundo. Una de cada nueve mujeres están afectadas por esta acumulación dolorosa de grasa en piernas y muslos, que se suele confundir con obesidad y que la sociedad discrimina a las que la sufren.
La patología, que solo afecta a mujeres es también conocida como "desorden del tejido adiposo" o "lipodistrofia" y contra lo que muchos creen no se quita haciendo dieta.
No se conoce el origen del lipedema, que se suele confundir con la obesidad. Es una enfermedad progresiva del tejido graso que se caracteriza por un acumulación desproporcionada de grasa predominantemente en piernas, muslos, cadera y brazos.
No existe cura, aunque sí se sabe que tiene "un gran componente genético y hormonal". De ahí que la edad de aparición o empeoramiento es durante la pubertad, embarazo y menopausia.
Los especialistas alertan que el lipedema se enmascara y las enfermas sufren el rechazo social, además del infradiagnóstico al ser tratadas como una obesidad que no responde a dieta ni al ejercicio físico.
Es habitual que el lipedema sea confundido con celulitis, sobrepeso y otras afecciones que llevan a las pacientes a tratamientos ante los que no responden con mejoría, sin que reciban un diagnóstico y atención sanitaria adecuada.
Los síntomas que pueden evidenciar un posible lipedema son:
• sensación de pesadez y opresión en las piernas y tobillos.
• Dolor sin causa alguna al tocar la zona.
• Aparición de hematomas y moretones sin razón
• Distribución exagerada y desproporcionada de la grasa en las extremidades
A nivel estético, las pacientes con lipedema tienen a menudo tobillos con presencia de grasa a los lados, o en columna, así como grasa en la cara interna y posterior externa de la tibia, pero no tienen afectados los pies.
Las pacientes tienen una vivencia de la enfermedad muy variable, porque algunas tienen síntomas leves, a pesar de que la enfermedad sea muy desfigurante, y otras presentan dolor con un mínimo contacto en la zona del cuerpo, donde se acumula la grasa.
De forma menos habitual, el dolor es constante y se agrava al final del día. Este grupo de pacientes pueden tener una limitación importante en su día a día, en el trabajo y a la hora de realizar actividad física, que se traduce en una peor evolución de la enfermedad.
La terapia de compresión, el drenaje linfático manual, el tratamiento fisioterapéutico y la liposucción han mostrado ser útiles en la reducción del dolor característico del lipedema.
En concreto, la terapia de comprensión ha mostrado ser útil para reducir el dolor cuando se emplean las prendas adecuadas y las pacientes las utilizan de forma correcta.
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