En España, la jubilación anticipada es una opción para aquellos trabajadores que, debido a ciertas condiciones de salud, no pueden continuar en el mercado laboral. La legislación española ha establecido un marco que permite a las personas con ciertas enfermedades o discapacidades acceder a la jubilación a los 56 años. Recordemos que actualmente la edad marcada para la jubilación es de 65 años, teniendo que haber cotizado 37 años y 9 meses para cobrar el 100% de la pensión que nos correspondería.
Desde el 1 de junio de 2023, los trabajadores de 56 años o más con una discapacidad reconocida igual o superior al 45% pueden solicitar la jubilación anticipada. En marzo de 2023, el Gobierno aprobó medidas para facilitar el acceso a las pensiones para personas con discapacidad, reduciendo los años de cotización exigidos de 15 a 5 y ampliando la lista de enfermedades “generadoras de discapacidad” que permiten solicitar esta ayuda.
En el caso de que la discapacidad ascienda al 65%, se permite la jubilación anticipada una vez cumplidos los 52 años. Además se pueden acumular dos patologías para llegar al porcentaje del 45%. En general se puede decir que son enfermedades que determinan una reducción de la esperanza de vida para las personas que las sufren.
Para acceder a la jubilación anticipada, es necesario obtener un informe médico que refleje la patología y acredite un grado de discapacidad igual o superior al 45% durante al menos cinco años. Al menos una de las dolencias debe estar incluida en el listado de patologías y el porcentaje de discapacidad alcanzado por esta debe suponer al menos el 33% del total del grado de discapacidad acreditado.
Por otra parte, también es aconsejable contar con asesoramiento legal para comprender los derechos y los procesos para acceder a la jubilación anticipada por enfermedad. También puede ser prudente llevar a cabo una planificación financiera para asegurar el bienestar económico tras la jubilación, e incluso plantearse rescatar planes de pensiones, si es que los teníamos, aunque esto tenga también ciertas consecuencias legales.
En definitiva, la jubilación anticipada a los 56 años es una medida significativa para aquellos trabajadores que se enfrentan a distintos desafíos relacionados con su salud que les impiden continuar en el mercado laboral. Con el marco legal adecuado y el asesoramiento profesional, los afectados pueden navegar por este proceso de manera informada y asegurar su bienestar financiero en la jubilación.