¿Influye el mal tiempo y el frío en que tengamos más dolores de espalda?
Las personas que sienten dolores musculares o en las articulaciones con la llegada del frío y del mal tiempo son meteorosensibles
Los cambios climatológicos afectan de diversas maneras al organismo, sobre todo por el descenso de la presión atmosférica
Cuidar la postura y aplicar calor localizado, con mantas térmicas o bolsas de agua, puede ayudarnos a disminuir los síntomas
La meteorosensibilidad es una alteración física y psicológica que se produce en las personas cuando las condiciones climatológicas y estacionales cambian. Se estima que aproximadamente entre un 20% y un 30% de la población la padecen cuando entramos en otoño y, sobre todo, en invierno.
Ocurre en los habitantes cuyo organismo resulta más sensible, como puede ser en el caso de los ancianos o de las mujeres, lo cual facilita que las alteraciones climáticas les afecten en mayor medida. De hecho, con el descenso del mercurio llega el coloquialmente conocido como dolor de huesos.
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¿Por qué duele la espalda cuando llega el frío?
Debemos destacar que, a pesar de que los ciudadanos con problemas reumáticos se quejan de dolores más fuertes en las articulaciones en los días de mal tiempo, e incluso en las jornadas previas, los estudios científicos realizados hasta ahora no han confirmado la hipótesis de un vínculo entre la lluvia y dichas molestias.
No obstante, la disminución de la presión atmosférica sí influye en el cuerpo. Según señala el Instituto Avanzado de Columna (IAC), el frío es considerado como un agravante de los signos en dolencias como los problemas musculares, óseos o articulares.
El motivo es que tendemos a encogernos como reacción natural para evitar perder calor corporal. Esto hace que seamos más propensos a calambres o espasmos que provocan rigidez en los músculos de la espalda, dando lugar a contracturas en esa zona.
Asimismo, destacan los especialistas, también influye lógicamente el clima del área geográfica de la persona y la humedad de su vivienda. Por ejemplo, residir en un domicilio que tenga problemas de humedades tampoco ayuda a que los síntomas de dichas patologías no aparezcan con mayor intensidad.
Desde el IAC recomiendan que, para contrarrestar los malestares causados por el frío en la espalda y aliviar el dolor, se debe cuidar la postura, realizar ejercicios de calentamiento y proporcionar calor localizado con mantas térmicas o bolsas de agua caliente y de semillas.
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