La onicofagia, o morderse las uñas, es una mala costumbre que muchas personas realizan a diario, ya que les cuesta controlarlo, y que suele considerarse un trastorno impulsivo. Sin embargo, este comportamiento plantea riesgos más graves, como señala el experto en primeros auxilios Miguel Assal (@miguelassal) en un vídeo en TikTok.
Según Assal, uno de los riesgos de morderse las uñas es tragarse todos los restos que quedan atrapados en ellas. Sin embargo, éste no es el peligro más grave al que nos enfrentamos si desarrollamos este hábito.
¿Cuántas cosas tocas cada día, ya sean los pomos de las puertas, comida o incluso tu teléfono? Las yemas de nuestros dedos recolectan gérmenes constantemente, y si a esto le sumamos el hábito de mordernos las uñas, nos podemos volver especialmente vulnerables a la suciedad que puede acumularse en el lecho ungueal, ya que al mordisquearnos dejamos las cutículas y la piel ásperas y creamos pequeñas fisuras en la piel por las que pueden pasar los gérmenes.
Assal dice que el mayor peligro que acarrea la onicofagia es la paroniquia. Se trata de una lesión en los laterales de las uñas, caracterizada por una protuberancia en la piel que provoca enrojecimiento, inflamación y dolor. Puede deberse a una infección bacteriana o fúngica, en cuyo caso se conoce como onicomicosis.
“Cuando veas esto debes tomar medidas y no dejarlo pasar. En los casos más graves podrías perder el dedo o incluso la vida”, concluye el experto. Así, advierte que cuando los gérmenes entran en el torrente sanguíneo se puede producir una septicemia, una infección muy grave que puede ser mortal. Con todo, declara que lo más recomendable es no morderse las uñas, pero “si eres muy adicto, trata de hacerlo con las uñas limpias”.