Llega el cambio de hora hacia el invierno: ¿cuáles son los efectos que tiene sobre nuestra salud?
Falta de sueño, depresión, ansiedad o mayor riesgo de sufrir sobrepeso son efectos que el cambio de hora tiene en nuestra salud
Cambio de hora: consejos para que no nos afecte tanto y podamos adaptarnos cuanto antes
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Como todos los años, en el mes de octubre, concretamente en la madrugada del sábado al domingo del último fin de semana, se produce el cambio de hora en España, el que nos conduce al invierno. Este 2023 tiene lugar a las 3:00 horas del 29 de octubre, cuando los relojes se atrasarán 60 minutos y volverán a marcar las 2:00.
A partir de entonces, pese al desagrado de los españoles, amanecerá y anochecerá más pronto. Dicha práctica se realiza para ahorrar energía y aprovechar más las horas de luz solar que el hemisferio norte disfruta en la época invernal. Pese a que nos despertemos más guapos o guapas este domingo, los expertos coinciden en que la modificación horaria tiene efectos en nuestra salud.
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¿Afecta a la salud el cambio de hora?
La respuesta es que sí. Según Sanitas, influye en la secreción de la melatonina, que es la hormona que induce al sueño, ya que al haber más horas de luz se produce más tarde. Si se une esto a que los horarios rutinarios son los mismos, puede llegar a producir cansancio o fatiga.
Los ritmos circadianos se ven alterados y los más perjudicados en cuanto a la privación de las horas de sueño son los niños y las personas mayores. Un insomnio y una falta de descanso que acarrea irritabilidad, es decir, cambios de humor, y una mayor dificultad para concentrarse, lo que puede dar lugar a más accidentes de tráfico, laborales o domésticos.
A nivel psicológico, entre un 1% y un 10% de la población se siente más decaída y desanimada puesto que comienza y termina la jornada laboral siendo 'de noche'. Ello facilita la aparición de enfermedades de salud mental como la depresión o la ansiedad.
Según Juan Antonio Madrid, catedrático de fisiología y pionero en el desarrollo de la cronobiología, nuestro país tiene el horario que se corresponde con el centro de Europa y no con la parte occidental, que es donde realmente nos encontramos.
"Estamos desfasados dos horas en verano y una en invierno", explica el profesor. Además, cuando llega el fin de semana, prolongamos el sueño y cambiamos nuestros horarios, dando paso a un problema cronobiológico definido como 'jet lag social'.
También solemos cenar muy tarde, estamos más tiempo en casa y hacemos menos ejercicio físico al aire libre. Unido a que se produce un descenso de la serotonina, un neurotransmisor que regula el apetito causando la sensación de saciedad, entramos en un periodo más propenso a ganar kilos y a sufrir sobrepeso u obesidad.
Aunque la mayoría de las personas se adaptan al nuevo horario en cuestión de dos o tres días, otros ciudadanos, indican los expertos, necesitan una e incluso dos semanas.