Una cuarta parte de la población tiene una vida marcada por el dolor. Se trata de una respuesta de nuestro organismo originada, no solo en la parte física del mismo, sino también en nuestra mente. Una de las principales formas de abordar el dolor es a través de la fisioterapia con una respuesta a sus síntomas más evidentes o mediante ejercicios y pautas para prevenir la aparición del mismo.
Informativos Telecinco ha querido saber más sobre el papel de la fisioterapia en la prevención del dolor aprovechando que esta semana se ha celebrado el Día Mundial contra el Dolor. Para ello hemos contactado con dos expertos en Fisioterapia de la Universidad de Manresa, Júlia Jubany Güell y Carles Salvadó Escarramán. Les hemos preguntado por las posibilidades de reducir el dolor o incluso de prevenirlo utilizando sus técnicas.
Júlia Jubany destaca que "los dolores acostumbran a deberse a varios factores" y que el primer enfoque ante el paciente es "evaluar los motivos que llevan a esa persona a sentir esa molestia para darles una respuesta adecuada". Se trata de una aproximación en la que coincide Carles Salvadó, quien afirma que en primer lugar hay que "entender la naturaleza, la causa, la patología del dolor atendiendo también a la totalidad de la persona, para poder asegurar su bienestar biopsicosocial".
Salvadó recuerda que la fisioterapia permite "intervenciones que promocionan y empoderan la movilidad de la persona, como son la actividad física, el ejercicio terapéutico, el yoga, el pilates, el stretching o estiramientos y la terapia manual, y aquellas de aplicación local, segmentaria o integral como la meditación, la electroterapia, la termoterapia, la crioterapia, la movilización neural, la hidroterapia o la acupuntura".
Esta posibilidad de prevenir el dolor desde la fisioterapia está claramente demostrada desde la práctica, según Julia Jubany que apunta que "hay distintos estudios que relacionan muy claramente el hecho de sentir dolor y los hábitos de vida. Es decir, hacer actividad física, por ejemplo, se relaciona con menor incidencia del dolor. Igualmente, otros hábitos de vida como la cantidad de sueño o dormir bien, constituyen una prevención contra las manifestaciones doloras por distintos procesos, ya sean más regenerativos, incluso tras procesos traumáticos. También comer bien, es decir una alimentación sana, se ha relacionado más con esta tendencia a poder sentir más o menos dolor. Finalmente, hay que recordar que existen elementos psicológicos como experiencias traumáticas relacionadas con la insatisfacción laboral, que está muy relacionadas con el dolor que propician que la persona tenga este síntoma doloroso".
Una de las características más relacionadas con el dolor tiene que ver con la edad. A medidas que cumplimos años asumimos como natural sentir más dolor o notar que más partes de nuestro cuerpo o nuestra mente se expresan a través del dolor. Jubany cree que más que hablar de dolor y edad hay estudiar a los individuos, "es muy importante la evaluación de la persona y los factores que pueden estar relacionados con que ese paciente sienta dolor. Por lo que no es tanto la edad, sino qué elementos intervienen en ella. Por ejemplo, si hay una persona con un sedentarismo muy alto, sea de 30 o 60 años, el cambiar a este factor puede ser muy relevante tanto para la prevención como para la resolución de una dolencia".
En este sentido, Carles apunta que "la palabra clave es movilidad y adaptabilidad para cada grupo de edad. Aunque es cierto que cada etapa de edad tiene sus especificidades, sobre todo, a medida que la persona avanza en los años".
Prevención y ejercicio son, finalmente dos conceptos que van muy unidos a la hora de tratar el dolor en los pacientes de fisioterapia. Carles recuerda que, para cualquier persona y grupo de edad, "lo básico es mantener unos hábitos de vida saludables incluyendo el ejercicio, dormir bien y alimentarse correctamente, sin olvidar no fumar”.