La menopausia no es una enfermedad. Este periodo natural que sufre el 50% de los seres humanos que habitan el planeta sigue teniendo muchas preguntas sin respuesta. En la práctica es el fin de la actividad de los ovarios, el cese de la menstruación y la fertilidad. Hasta ahí, más o menos, todos llegamos, pero y qué más hay, después del silencio, la invisiblidad e incluso el insulto.
"La menopausia es un proceso natural en la mujer, como lo es la adolescencia u otras etapas de la vida, afirma la Jefa Clínica de la Unidad de Menopausia y Osteoporosis en HM Gabinete Velázquez, de Madrid, Silvia P. González. "Eso no quita para que puedan existir síntomas asociados a ella que puedan deteriorar la calidad de vida, como sofocos, sudores nocturnos, sequedad vaginal, etc y que podemos tratar", pero también es una edad vinculada a la aparición de enfermedes "que podemos prevenir, como lo osteoporosis y los eventos cardiovasculares, como infartos, ictus".
Cambios en el estado de ánimo, sofocos sí o no, sequedad vaginal, insomnio, pero también pérdida de masa muscular y ósea, consecuencias más serias, que también quedan sepultados bajo este muro de falso pudor e ignorancia, que rodea la menopausia. La mayoría de las mujeres no es acompañada en este proceso, no pregunta a su médico de cabecera, no acude al ginécologo, en fin, no recibe tratamiento, según evidencia un reciente estudio que publica la revista especializada Cell.
Según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) el fin de la menstruación llega entre los 45 y los 55 años (51 es la edad media en España) en que cesa la menstruación y con ello la caída de la producción de las hormonas femeninas, los estrógenos y la progesterona, que influyen en la regulación de muchos procesos orgánicos. Durante este proceso que puede durar años, se producen otros cambios en el cuerpo, a nivel endocrino que pueden incidir en la vida de las mujeres.
Pero aparte de los cambios y alteraciones fisiológicas está el silencio social: hay mujeres que ni siquiera se lo comparten con su pareja, porque temen ser asociadas a la vejez, a la imposibilidad de procrear, pero lo peor es cuando tampoco se lo cuentan a su médico y soportan en silencio síntomas que podrían ser tratados.
A Silvia P. González le "parece increíble que en pleno siglo XXI sea así". Y confirma que "el 85% de las mujeres en este periodo vital no están realizan ningún tipo de tratamiento, ni siquiera usando un hidratante vaginal, por ejemplo". ¿Por qué ocurre esto? "A veces es por vergüenza o por normalizar el proceso", pero en ocasiones, también por falta de información respecto a lo que puede ocurrir o porque no localizan al profesional sanitario adecuado o no tienen fácil acceso a él."
Hay algo que puede resultar contradictorio en esto de que la menopausia "es un proceso fisiológico natural", pero le debemos una visita a nuestro médico de cabecera o ginecólogo. "Una visita de rutina cuando comienzan los trastornos menstruales o perimenopausia puede ser deseable para informar a la paciente sobre cómo es el proceso, qué es lo habitual en él, qué síntomas o signos debe consultar" nos responde la especialista vinculada a la AEEM; también para proponer medidas preventivas, como cambios de estilo de vida, así como facilitarle una conversación por si existen problemas asociados al proceso".
En el ámbito emocional, el 54% de las mujeres en edad menopáusica consultadas por Domma, han afirmado "que se sienten estresadas; el 52,2% que se sienten descentradas; el 50,8% ha asegurado sentirse ansiosas. Otras emociones que han manifestado han sido la tristeza (4.200 mujeres -el 49,4%-) y la irritabilidad, el 47,3% (4.000 mujeres).
No son sensaciones subjetivas sino reales, como explica la ginecóloga Silvia P. González que los achaca a los cambios hormonales que ocurren durante este periodo e incluso antes, porque "ya desde la perimenopausia, cuando las hormonas oscilan al alza y a la baja" ocurren con "mucha frecuencia alteraciones psicoemocionales, como tendencia al ánimo bajo, cambios de ánimo bruscos (labilidad emocional), irritabilidad" Incluso, más recientemente -apunta la especialista- "se está hablando mucho de la niebla mental, esa menor capacidad de atención y concentración y de la falta de memoria asociadas a la disminución de los estrógenos, las hormonas femeninas por excelencia.
Existen tratamientos en casos de síntomas demasiado molestos que irrumpen en la vida con la llegada de la menopausia, pero para empezar hay una buena dosis de sentido común y recomendaciones generales para estar bien, como "adoptar estilos de vida sana, abandonar hábitos tóxicos, hacer una dieta saludable, ejercicio físico, etc. Y ya entrando en lo específico, la ginecóloga con 20 años de experiencia, recomienda "en este periodo" reforzar "la ingesta de calcio y omega 3, en que los ejercicios estén adaptados a la prevención de las enfermedades cardiovasculares y mantener la masa ósea y muscular". Además, subraya que "hábitos como el tabaco, el alcohol o el café, además de los efectos perjudiciales que ya conocemos, también pueden aumentar los sofocos. Y que la suplementación de algunos nutrientes y vitaminas, como la D, es muy importante en este periodo vital."