Linfoma es un término general que alude a los cánceres que se desarrollan en el sistema linfático (tejidos y órganos que producen, almacenan y transportan leucocitos).
Una de las características de este cáncer es que tiene origen en los ganglios linfáticos, y, al igual que el resto de linfocitos, los cancerígenos pueden crecer en muchas partes del cuerpo: nódulos linfáticos, médula ósea, sangre, distintos órganos, etc.
Hay 30 tipos de linfoma. La clasificación más común es diferenciar entre linfoma de Hodgkin y el no-Hodgkin (que se divide a su vez en linfoma no-Hodgkin de células B o de células T).
La enfermedad de Hodgkin es un tipo de linfoma. Aparece en los leucocitos, que ayudan a que el organismo combata la enfermedad.
Todos los demás linfomas se agrupan juntos y se denominan linfoma no hodgkiniano (LNH). Se desarrollan en otras partes del sistema linfático, como la médula ósea, el bazo, el timo y los ganglios linfáticos, y desde ahí pueden diseminarse a otros órganos.
Se calcula que la incidencia en España es aproximadamente de 11 a 12 casos por cada 100.000 personas/año. Más del 95% de estos casos se darán en adultos que rondarán los 60 años. Los varones corren un riesgo algo mayor que las mujeres, aunque las cifras de mujeres diagnosticadas de LNH han aumentado recientemente. El LNH es más frecuente en la raza blanca que en la raza negra o personas de origen asiático.
- Adenopatías indoloras en el cuello, las ingles o las axilas
- Fiebre
- Sudores nocturnos profusos
- Cansancio
- Pérdida de peso de causa desconocida
- Picor intenso
- Placas de color rojo en la piel
- Náuseas, vómitos y dolor abdominal
El LNH no tiene una causa conocida y la mayoría de las personas diagnosticadas de LNH carece de factores de riesgo.
Dado que no existen pruebas de cribado para identificar el LNH en sus fases iniciales, la mejor estrategia consiste en hacer caso de cualquier síntoma inusual y acudir al médico de inmediato.