El consumo de fentanilo con fines recreativos se ha disparado en los últimos años, provocando una grave crisis sanitaria, sobre todo en los Estados Unidos, donde ha causado miles de muertes por sobredosis. Esta realidad ha alertado a los expertos españoles en el tema.
Según los datos disponibles, entre 2018 y 2021 se registraron un 90% más de fallecimientos por sobredosis de este opiáceo sintético, que alcanzaron la cifra de 70,000 en el último año. Este fenómeno ha afectado especialmente a algunos grupos sociales vulnerables.
El fentanilo se ha convertido en una “droga zombi” muy peligrosa, ya que se suele combinar con otras sustancias como el alcohol, la heroína y la metadona. Esta mezcla potencia los efectos del fentanilo, lo que aumenta la probabilidad de adicción, sobredosis y muerte.
Hay que tener en cuenta que el fentanilo es un opioide artificial que es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina. Este compuesto es un factor clave en las sobredosis fatales y no fatales en los Estados Unidos.
El fentanilo se puede encontrar en dos formas: la farmacéutica, que se prescribe bajo supervisión médica para aliviar el dolor severo en casos específicos, como después de una operación o en fases terminales de cáncer; y la ilícita, que es la responsable de las sobredosis recientes y se vende en el mercado negro de drogas por su parecido con la heroína. A menudo, se le añaden otras drogas para hacerlas más baratas, fuertes, adictivas y peligrosas.
El fentanilo ilegal, también llamado IMF por sus siglas en inglés, se presenta en varias formas en el mercado de las drogas, como polvo y líquido. El polvo de fentanilo se suele mezclar con otras drogas como heroína, cocaína y metanfetaminas, y se suele vender en pastillas que imitan a otros opioides recetados. Esta combinación de drogas es extremadamente peligrosa, y muchas personas pueden no saber lo que contienen.
En su forma líquida, el fentanilo ilegal puede estar en spray nasal, gotas para los ojos o impregnado en papel o caramelos.
El fentanilo y otros opioides sintéticos son las principales causas de muertes por sobredosis, incluso en dosis muy pequeñas puede ser mortal. Cada día, más de 150 personas mueren por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo.
Identificar la presencia de fentanilo en drogas es un reto, ya que no tiene olor ni sabor. El uso de tiras de prueba de fentanilo, que son baratas y dan resultados en menos de 5 minutos, puede salvar vidas. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que estas tiras podrían no detectar otros opioides más potentes, como el carfentanilo.
El fentanilo, como otros opioides, produce efectos inmediatos en el organismo humano después de consumirlo.
Este poderoso opioide se difunde por la sangre y llega al sistema nervioso central, donde se une a los receptores opiáceos, disminuyendo la sensación de dolor y produciendo efectos como desorientación, sedación, letargo y sensación de bienestar. Además, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA) también señala euforia, felicidad extrema y confusión como efectos del fentanilo. Sin embargo, su extrema potencia, una ventaja en el campo médico, se vuelve un riesgo mortal para quienes lo consumen en el mercado ilegal.
Los opiáceos son sustancias que se derivan del opio, una sustancia natural que se extrae de la amapola. Algunos opiáceos son naturales, como la morfina, y otros son artificiales, como el fentanilo. Aunque los opiáceos tienen un valor terapéutico, también son objeto de tráfico ilícito y abuso, lo que ha generado una grave crisis sanitaria en algunos países, como Estados Unidos.
Es importante saber reconocer los síntomas de una sobredosis por opiáceos, ya que puede ser mortal. Algunos de los signos más evidentes son las pupilas muy pequeñas, la somnolencia o el desmayo, la respiración lenta o nula, los ruidos de ahogo o gorgoteo, la flacidez muscular, la piel fría y húmeda, y las manchas azuladas en los labios y las uñas.
En España, el fentanilo se vende en forma de parches que se aplican sobre la piel. Aunque su consumo no es tan elevado como en otros países de la OCDE, como Estados Unidos, Alemania o Reino Unido, sí ha experimentado un aumento en los últimos años, pasando de ser una sustancia marginal a ser el tercer opiáceo más consumido (14%) después de la codeína y el tramadol, según el Informe Edades 2022.
Para evitar que el fentanilo se convierta en un problema de salud pública en España, es necesario adoptar medidas de prevención y control, como la dispensación controlada y la educación sobre su uso correcto. El fentanilo es un medicamento útil para el tratamiento del dolor, pero también es una droga peligrosa que puede causar adicción y sobredosis.
TardeAR habló en directo con Bárbara, una mujer que se volvió adicta a esta sustancia. Al preguntarle Ana Rosa Quintana si empezó a tomar fentanilo por receta médica, ella dijo que "fue por receta médica". "Yo tengo enfermedad de Crohn. Hubo partes de mi intestino que dejaron de funcionar y se me planteó una operación para ponerme una bolsa"; detalló en su testimonio.
"Para aguantar un poco los dolores hasta la operación, me pautaron los parches de fentanilo. Esto empieza en abril de 2019. A mí me operan en septiembre de ese mismo año y en abril del año siguiente me pongo en contacto con la Unidad del Dolor para ver si me lo puedo retirar porque yo veo que mi vida no estaba siendo una vida", ha continuado.
Bárbara aseguró sentirse identificada con las imágenes que se habían mostrado en el programa: "Yo me sentía así, un zombi, tumbada, dormida". A día de hoy, ha logrado dejar de consumirlo: "Con mucha ayuda, pero sí que al año de habérmelo pautado quise dejar de tomarlo. Tuve apoyo psicológico, psiquiátrico y mi médico de cabecera me iba ajustando las dosis poco a poco. Fue muy duro".