Son tan dolorosas como molestas, y desgraciadamente muy comunes, pues un gran porcentaje de la población las ha sufrido en algún momento de su vida. Hablamos de las llagas que aparecen en la boca, ya sea en las encías o en la lengua, y cuyo origen no solemos conocer. A fin de cuentas, si no hay complicaciones, no tardan demasiado en eliminarse, lo que nos lleva a obviar la razón de que hayan aparecido.
Sin embargo, si conocemos el origen de las llagas en la boca, quizás podamos evitar que salgan y, por lo tanto, sufrir las molestias que nos provocan al comer o al beber.
Lo primero que hay que detectar es si tenemos una llaga o no. Esto es sencillo porque, como hemos apuntado, la mayoría de las personas las han sufrido en alguna ocasión. Llamadas también aftas, “son una especie de heridas de color blanco rodeadas por un enrojecimiento característico”, explican en el grupo Viamed, donde añaden que, además de no ser contagiosas, suelen reaparecer.
Eso sí, sobre las causas existen más dudas, ya que muchas veces el elemento que las provoca es desconocido. No obstante, las más habituales son los siguientes:
Como se puede comprobar, las causas de que aparezcan llagas en la boca son muchas y muy variadas. Por regla general, tienden a desaparecer solas, sin necesidad de intervenir. Sin embargo, puede darse el caso de que el dolor sea muy incómodo y queramos acelerar la curación.
Si se quiere seguir un tratamiento para eliminar las aftas bucales, existen varias opciones que explican en Sanitas:
Ya hemos señalado que las causas de las llagas en la boca son muy diversas, lo que dificulta su aparición. No obstante, existen algunos hábitos que pueden ayudar a que sea más complicado que surjan aftas.
Controlar el estrés, especialmente en los episodios en los que nos encontramos especialmente nerviosos. Hay diversas técnicas que pueden ayudar a esta misión, pues de ese modo el riesgo de aparición de llagas será mucho menor.