El consumo del vapeo entre los jóvenes- sobre todo entre 14 y 18 años- está de moda. Más grave aún, muchos comienzan a vapear los 11. ¿Por qué lo hacen? ¿No son conscientes de que este paso es la puerta de entrada al consumo de tabaco y a padecer cáncer? La realidad es que no, muy al contrario, el 37% está convencido de que les ayuda a hacer amigos y a ligar. El 44% cree que fumar te hace interesante y te ayuda en situaciones psicológicas complicadas y 4 de cada 10 creen que el vapeo no afecta a la salud. Los influencer se han visto señalados al respecto por convertirse, esta vez, en una mala influencia.
Los datos proceden los datos de un estudio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que también evidencia que uno de cada cuatro jóvenes opina que “se exagera” al hablar de los riesgos del tabaquismo y aumenta al 36% al preguntarles por las nuevas formas de consumo como el vapeo. La visión negativa de los vapeadores es mucho menor que la del tabaco tradicional. Las alertas ya están ahí como señala Andrés Zamaro, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).
Como símbolo de esta falta de riesgo que se ve en los vapeadores ya se han dado casos en los que se han convertido en regalos de comunión. “No hay mucha información sobre los efectos nocivos de los vapers, con lo cual a menor conocimiento mayor oportunidad de caer en hábitos desacertados”, asegura la doctora Nadia Sarmini a Informativos Telecinco. De ahí la importancia de conocer cómo repercute este hábito en nuestra salud.
Entre los riesgos que puede conllevar fumar vaper se encuentra el mal aliento, la pérdida del gusto, la gengivitis, las caries y la irritación de garganta. Pero no son los únicos. “Tiene efectos contraproducentes en la salud pulmonar y cardiovascular debido a los aerosoles inhalados de las sustancias químicas que presentan”, así lo concluye la doctora. Y es que los cigarrillos electrónicos contienen líquidos que se calientan y se convierten en aerosoles para inhalar, lo que provoca este tipo de consecuencias.
Una de las características que convierte a los vapers en atractivos es el sabor. “Al no saber a tabaco, tienen la sensación irreal de no estar fumándolo”, afirma Sarmini. Así, las probabilidades de pasar del tabaco al vaper o viceversa crece porque ambas “llevan sustancias químicas nocivas para la salud oral y general”.
Se trata de una moda que, aunque parezca inofensiva, tiene los efectos negativos similares a un cigarrillo normal a causa de la nicotina. Pero la apariencia de los vapers y los diferentes sabores, que recuerdan a las chucherías, provoca que incluso “los niños de ocho o nueve años les atraiga”, así lo explica Andrés Zamorano.