Según los datos del año 2022, España fue el origen de uno de cada cuatro órganos donados por personas fallecidas en la Unión Europea (UE). Asimismo, ese año, España realizó uno de cada cinco trasplantes que se hicieron en el territorio europeo, tal como lo ha informado el Ministerio de Sanidad.
España sigue siendo el líder mundial en la donación de órganos de personas que han muerto y, en lo que respecta a la actividad trasplantadora, ocupa el segundo puesto, solo por detrás de Estados Unidos. Estas cifras se obtienen del último informe del Observatorio Mundial de Donación y Trasplante, que coordina la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) como centro colaborador con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los resultados se difunden cada año en la ‘Newsletter Transplant’ del Consejo de Europa.
El Ministro de Sanidad, José Miñones, ha manifestado su profundo reconocimiento a “la labor de los profesionales que participan en cada una de las fases del proceso”, así como a la ONT y a las comunidades autónomas por su “coordinación”. Igualmente, ha destacado la “solidaridad de la sociedad española y la grandeza de las familias que cada día dicen sí a la donación que permite salvar o mejorar muchas vidas”.
Miñones añadió que son estos factores los que han contribuido al éxito global del modelo español de donación y trasplante.
De acuerdo con el Observatorio Mundial, en el año 2022 se efectuaron un total de 157,540 trasplantes de órganos en 91 países, cuyos datos se registraron hasta el 23 de agosto de 2023. De este total, 102,090 fueron trasplantes de riñón (con un 39% de donantes vivos), 37,482 de hígado (24% de donantes vivos), 8,988 de corazón, 6,784 de pulmón, 2,026 de páncreas y 170 de intestino.
Estos trasplantes fueron posibles gracias a 41,793 donantes fallecidos y 48,676 donantes vivos (de los cuales 39,601 donaron riñones, 9,061 hígados y 14 pulmones).
La actividad global de trasplantes de órganos creció un 9% en comparación con el año anterior, lo que muestra los importantes esfuerzos de varios países para reanudar sus programas de trasplantes después del impacto de la pandemia de Covid-19. Sobresale el aumento en trasplantes renales (10%), especialmente aquellos provenientes de donantes vivos (13%), seguido por los trasplantes hepáticos (8%), cardíacos (7%) y pulmonares (5%).