¿Te estás lavando bien los dientes? Estos son los errores más comunes

¿Crees que te lavas bien los dientes? Puede que sea una actividad tan rutinaria y sencilla, pero hay errores que son muy comunes y que, a la larga, pueden hacer que proliferen algunas bacterias.

La boca es la puerta de entrada a muchas enfermedades, por lo que una correcta limpieza bucal es esencial.

Lo primero que hay que tener súper claro es que, como mínimo, debemos lavarnos los dientes dos veces al día, y como máximo cada vez que terminemos de comer. Lo ideal: tres veces al día. Lo más importante: hacerlo antes de acostarnos por la noche.

Errores comunes que cometes al lavarte los dientes

  • Cepillar poco (o demasiado) tiempo. Según los expertos, lo suyo es dedicarle a esta acción dos o tres minutos, nunca menos.
  • No eches todo el bote de pasta dentífrica, ni te quedes corto. La medida exacta de cuanto dentífrico hay que poner en el cepillo es lo mismo que ocupa un guisante. Echar tood el bote no hará que te quede la boca más limpia, y hay que tener en cuenta que contiene componentes abrasivos que, si bien logran eliminar los restos de comida y las bacterias, en exceso puede debilitar el esmalte del diente.
  • ¿Cepillado eléctrico o manual? Nadie controla bien la fuerza que ejerce al lavarse los dientes, por lo que, aunque el cepillo eléctrico es el preferido de muchos especialistas, es mejor elegir uno que tenga filamentos blancos o medios, no duros, y con el cabezal pequeño, que alcance los recovecos y deje bien limpia la boca. Si eres de encía delicada, quizá tu dentista te aconseje optar por el manual. Todo depende.
  • Humedecer el cepillo antes de echar la pasta y cepillarnos: mal. Según los expertos, lo que conseguimos con esto es hacer que los filamentos se abran y se ablanden. No queremos eso.
  • Con el cepillado no basta. Una buena higiene empieza con el cepillado pero termina con hilo dental (o los típicos irrigadores que están tan de moda).
  • No limpiar la lengua y el paladar, uno de los errores más típicos. Cuando comemos, toda la boca se ensucia, incluidas estas zonas, por lo que es importante cepillarlas para quitar las posibles bacterias. Lo mismo vale para las encías.
  • Guardar el cepillo húmedo, y más si es con capuchón: error. Crearás el caldo de cultivo perfecto para las bacterias. Es mejor dejarlo sin tapar y cambiarlo cada (como mucho) tres meses.