El cáncer de próstata es el más frecuentemente diagnosticado en hombres, seguido del cáncer de pulmón, el cáncer colorrectal y el de vejiga urinaria. La edad media al diagnóstico de cáncer de próstata es de 71,6 años y la incidencia aumenta a partir de los 55 años. Es altamente recomendable la detección precoz e individual en función de los antecedentes personales y sintomatología para una adecuada atención sanitaria en el paciente.
La detección precoz se recomienda a partir de los 40 años en portadores de BRCA, a partir de los 45 para hombres con historia familiar de cáncer de próstata y afrodescendientes, según apuntan los estudios y los profesionales sanitarios. Aún así, la comunidad científica no ha dejado de investigar qué factores aumentan la probabilidad de padecer cáncer de próstata.
Una de las hipótesis que se ha barajado es que el pescado azul, rico en la dieta mediterránea, pueda aumentar estas probabilidades. Pues bien, un estudio publicado en la revista científica 'Frontiers in Nutrition' ha investigado 5321 artículos médicos y ha analizado los resultados de 1.216.474 pacientes que sufren cáncer de próstata para descubrir esta relación entre el consumo de pescado azul y el tumor de próstata.
Tras analizar los resultados, el equipo encargado de este estudio verificó que la adherencia a dietas saludables como la dieta mediterránea se asocia con un riesgo reducido de cáncer de próstata. Es decir, el consumo de pescados como el atún, el boquerón o el bonito reducen las probabilidades de que los hombres sufran cáncer de próstata en el futuro.
"El pescado contiene una gran cantidad de ácidos grasos omega-3 de cadena larga que inducen efectos antiinflamatorios. La inflamación es un factor de riesgo potencial para algunos tipos de cáncer", detallan desde la investigación médica.
En el estudio se ha encontrado una relación inversa entre la ingesta total de pescado y la mortalidad por cáncer de próstata. "Cada aumento de 20 gramos/día en la ingesta de pescado se asoció con un 12% menos de riesgo de mortalidad por cáncer de próstata", detalla el equipo médico. Es decir, el consumo de este tipo de pescado crea una función antiinflamatoria y protectora contra el cáncer de próstata.
Lo que también se descubrió gracias a esta investigación es que existen varios factores de riesgo para sufrir el cáncer de próstata, como la edad, el origen étnico (étnico africano y negro), los antecedentes familiares, la genética, el tabaquismo, el consumo de alcohol y la obesidad.
Entre los factores de riesgo que pueden ser modificables y que los pacientes pueden eliminar o mejorar se encuentra la dieta cuyo ejemplo es el de la dieta mediterránea y el consumo de pescados
Entre las nuevas formas de tratamiento con fines curativos para el tumor localizado destaca la cirugía laparoscópica clásica y, más recientemente, la asistida por robot. El tratamiento con radioterapia también ofrece buenos resultados para aquellos pacientes que no deseen cirugía e igualmente es útil para el tratamiento tras cirugía y en aquellos casos de tumores localmente avanzados.
Cuando el tumor se encuentra diseminado y no puede ser totalmente erradicado, la base del tratamiento es la hormonoterapia. Además, en los últimos años han aparecido nuevos fármacos, de administración oral que, añadidos a la hormonoterapia clásica, han mejorado la supervivencia de los pacientes manteniendo una buena calidad de vida.
Así, la supervivencia se sitúa en el 89,6 %, porcentaje que aumenta si se tiene en cuenta la extensión de este tipo de cáncer (hasta el 98 % en tumores locales); empeora en la extensión regional hasta el 87 % y aún más en el metastásico, 20 %.