Este verano estamos viviendo un tiovivo de temperaturas. Agosto empezó con calor intenso que ha dado paso a un bajón térmico por el paso de una borrasca con aire polar, lo cual puede "confundir" al cuerpo, debilitando nuestras defensas y haciéndonos enfermar en plenas vacaciones. Así pueden afectarte los cambios bruscos de tiempo.
España ha pasado de los 40 grados a los 25 en las últimas horas, y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha anunciado que se avecina una ola de calor. Tanto cambio drástico de temperatura no es lo habitual en plena canícula, cuando la mayor preocupación de las autoridades sanitarias suelen ser las altísimas temperaturas que aumentan la mortalidad, como han demostrado estudios recientes.
Casi 62.000 personas murieron por calor en Europa el verano pasado. Cuando hace demasiado calor, el organismo no puede realizar las funciones nerviosas, hormonales y metabólicas habituales como es debido, y se pone en marcha para enfriarse. El mecanismo por el que el cuerpo autorregula su temperatura es mediante la sudoración.
Mediante el sudor, el cuerpo libera calor, y al evaporarse ese sudor la piel se enfría. Por eso, a más calor, más sudamos.
Cuando el cuerpo no consigue enfriarse mediante el sudor, surgen síntomas como la ausencia de fuerza física o sensación de debilidad, así como cansancio.
Tanto las subidas como las bajadas de temperatura tienen cierta correlación con los dolores de cabeza. Este dolor es muy intenso y, además, suele venir acompañado de sensación de vómitos o náuseas, sensibilidad a la luz o a los fuertes ruidos.
Con el descenso brusco de temperaturas de estos días muchas personas se resfriarán seguramente porque su cuerpo no está preparado para este cambio tan brusco, que ha sido de más de 12 grados en algunas partes de España. Los expertos creen que es debido a que los cambios de temperatura rápidos debilitan el sistema inmunológico, con lo que es más fácil que cualquier virus te pille desprevenido. El virus del resfriado también se transmite mejor en aire frío.
Cada 16 grados de temperatura menos, hay 200 ataques cardíacos más en todo el país, según un estudio en el British Medical Journal. Esto es debido a que aumenta de la presión arterial (producida por la bajada de temperaturas) y se produce más coágulos en sangre (por la contracción de los vasos sanguíneos).
Pero no solo el frío pone en riesgo el corazón. El calor obliga al cuerpo a hacer un esfuerzo inmenso para regular su temperatura interna, lo cual puede hacer que suframos un paro cardíaco, especialmente personas mayores o con enfermedades cardiovasculares.
Ante los cambios de temperatura, el cuerpo trata de adaptarse, también el cerebro. La semana que viene, tras le descenso de temperaturas de la borrasca Patricia, la Aemet prevé que se produzca la tercera ola de calor del verano. Esto puede agravar trastornos mentales y que el calor intenso produce un incremento de los trastorno del sueño y la ansiedad.