Un estudio, desarrollado por el grupo de investigación neurovascular del Hospital Universitario Virgen Macarena, ha confirmado “la posible eficacia” del consumo de la salicornia para prevenir y tratar enfermedades neurovasculares como el ictus. Los investigadores han testado su uso en pacientes que ya han sufrido un ictus con el fin de “evitar la aparición de nuevos eventos vasculares” y mejorar la salud cardiovascular. Para la creación de los suplementos alimenticios con salicornia ha participado la empresa sevillana BIO-DIS Pharma.
Los pacientes que tenían un alto nivel de homocisteína y consumieron un suplemento que contenía salicornia “disminuyeron este indicador frente a los que ingirieron placebo”, así lo ha confirmado el estudio. “Cabe destacar que también se observó una tendencia muy interesante sobre la reducción del colesterol en el grupo que recibió el extracto de salicornia”, ha asegurado Soledad Pérez, la investigadora principal. El trabajo llamado “Suplementación nutricional con extractos de salicornia como estrategia de prevención en pacientes de alto riesgo cerebrovascular”, prestando por la doctoranda Ana Najar, ha recibido el premio a la mejor comunicación oral.
La salicornia se trata de una planta marina que tiene un alto contenido en polifenoles, es decir, unas moléculas antioxidantes que se encuentran en casi todas las plantas. Pero en realidad es más conocida por el nombre de “espárrago de mar” debido a su forma y proliferación en terrenos salados. En cambio, la homocisteína se trata de un aminoácido de origen animal- que se encuentra en la leche, carne y huevos- que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y neurovasculares.
Esta planta es muy utilizada en la cocina por sus propiedades entre las que se encuentra: reforzar el sistema inmunológico, ser buena fuente de hidratación por ser rica en proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, por ayudar a bajar de peso y a mejorar la digestión, prevenir enfermedades cardíacas y reducir la presión arterial, así lo explica el Diario Vasco.
Si lo que buscamos es consumir alimentos que contengan estas moléculas- cuyos beneficios se basan en ser potentes antioxidantes- las podemos encontrar en las uvas, los caquis, las fresas, las alcachofas y los lichis, pero también en el aceite, el té (sobre todo el té negro y el té verde), el cacao y el chocolate, los frutos rojos, las alcaparras, las cebollas y las manzanas.