El estrés excesivo es uno de los grandes enemigos para nuestra salud tanto física como mental. Provoca problemas digestivos y dolores musculares, aumenta la presión arterial, incrementa los problemas para dormir, disminuye la concentración y altera la memoria, entre otros problemas.
Sin embargo, la reacción a los episodios de estrés no son iguales dependiendo de la edad a la que se sufren. Es más, un estrés moderado no siempre es perjudicial, ya que puede liberar hormonas y mejorar la atención de la persona.
Un reciente estudio realizarse por investigadores de la Penn State University de Estados Unidos ha llegado a la conclusión de que las reacciones frente al estrés no son iguales a lo largo de la vida, ya que disminuyen según se cumplen años.
Esto puede explicarse por el simple hecho de que en la mediana edad se suelen acometer numerosos retos, tales como atender a hijos pequeños y a trabajos intensos. Sin embargo, no solo se trata de las cargas sociales, sino que según cumplimos años, nuestro organismo reduce el efecto que el cortisol provoca en él, de modo que sufre menos tanto física como mentalmente.
Las conclusiones de este estudio liderado por David Almeida, profesor de desarrollo humano y estudios familiares, se obtuvieron después de analizar los datos de más de 3.000 personas adultas de entre 25 y 74 años –por lo tanto, no entran en la ecuación ni los niños, ni los menores de esa edad– durante dos décadas.
Por un lado, los participantes de 25 años presentaron factores estresantes el 50 % de los días, un porcentaje que se reducía considerablemente cuando se trataba de personas de 70 años, ya que solo reconocían esos factores tres de cada diez días.
Así pues, los investigadores consideraron que según se envejece, la reacción ante los eventos estresantes mejora. Como hemos apuntado, el cuerpo reacciona mejor a los niveles altos de cortisol y también ayuda la experiencia adquirida a lo largo de la vida, pues se ha dotado de herramientas efectivas para acometer todo tipo de problemas.
Sobre ello, David Almeida declaró que “una persona de 25 años es mucho más gruñona los días en que experimenta un factor estresante, pero a medida que envejecemos, realmente descubrimos cómo disminuir esas exposiciones”, a lo que añadió: “Con esta nueva investigación es alentador ver que a medida que envejecemos, comenzamos a lidiar mejor con estos factores estresantes. En promedio, la experiencia del estrés diario no empeorará, sino que, de hecho, mejorará”.
Eso sí, hay que apuntar que la muestra de individuos estaba compuesta en su mayoría por personas caucásicas con un nivel económico medio o alto. Por lo tanto, no se han tenido en cuenta otros grupos sociales y étnicos que podrían presentar unos resultados distintos, al entrar en juego otros factores.